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Cuando supo que el elegido era el conde de Sorege, bromeó diciendo: Son tal para cual... ¡Un hipócrita con una desvergonzada! ¡Qué dichoso cruzamiento! En los días en que Tragomer y Marenval estaban preparando su viaje, fueron invitados á comer en casa de la señora de Weller y se encontraron allí con Harvey, su hija y su futuro yerno.

Desgraciadamente para la señora Chermidy, los venenos llegaron antes que el Champaña. El doctor se mostró prudente, bromeó mucho y no cometió la menor imprudencia.

Le supliqué que abreviase, pero tuve que sufrir un exordio, preparado de antemano, sobre los penosos deberes de la amistad y sobre el esfuerzo que le imponía su vivo interés por ... Por fin habló. Trátase, en efecto, de Lautrec y ha sido la de Jansien la que ha puesto en circulación el rumor. Bromeó sobre eso con Kisseler, el cual fue, muy indignado según parece, a contárselo a la Marquesa.

Febrer bromeó sobre su próxima ida al Seminario. Pensaba hacerle un regalo, pero un regalo extraordinario, como él no podía imaginárselo, y al lado del cual nada valdría el cuchillo. Sus ojos, al decir esto, miraban la escopeta colgada del muro.

Y para demostrar su confianza bromeó con la vendedora de billetes. Luego estrechó una mano del hombre que guardaba la puerta su antiguo enemigo , dándole un cigarro barato que había comprado momentos antes. Los pequeños regalos mantienen las amistades. Tome usted, señor. Dentro de la sala saludó á la acomodadora como si fuese una antigua conocida.

Cecilia, como suele acontecer a todos los temperamentos serios cuando se animan súbitamente, estaba encendida y locuaz. Parecía haber sacudido las ideas negras que tanto obscurecían su rostro en los días anteriores. Gonzalo, antes de ponerse a la mesa, bromeó graciosamente, tanto con ella como con su mujer.

El marido partió para la guerra en los primeros días de la movilización; abandonó este interior, que todos los artistas habían exornado para deleite de los ojos; la mujer quiso que este hogar fuera el de todos los héroes que se habían sacrificado por la salud de la patria. Se habló y se bromeó a costa de los que habían sacrificado su casa.

¡Pero, tío, si no hay nada de eso que usted piensa!... Son chismes de lugar... Entro en casa de Tomás como en otras muchas del pueblo... Es verdad que bromeo algunas veces con Ángela y Rosa, pero sin dirigirme en particular a ninguna...

No mostraba la menor extrañeza cuando veía una buena comida sobre la mesa, y era demasiado discreto para preguntar a su mujer cómo la había logrado. Si la comida era magra, se condolía humorísticamente y sonreía a la mala fortuna como otras veces a la buena. Cuando Germana empezó a toser, bromeó alegremente sobre tan mala costumbre.

La cena fue regocijada y ruidosa: se bromeó, se contaron de antemano las perdices que habían de sucumbir, se saborearon por adelantado las provisiones que se llevaban al monte, y se remojó previamente el gaznate con jarros de un tinto añejo que daba gloria.