Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 8 de junio de 2025


Mis sueños cuando apenas muchacho adolescente, Mis sueños cuando joven ya lleno de vigor, Fueron el verte un día, joya del mar de oriente Secos los negros ojos, alta la tersa frente, Sin ceño, sin arrugas, sin manchas de rubor. Ensueño de mi vida, mi ardiente vivo anhelo, Salud te grita el alma que pronto va á partir!

Primeramente, el masaje; éste es bueno, pero no resulta eficaz mas que para un día. Al menor cansancio, las arrugas reaparecen al instante. Tenemos después la pasta de los Nabis; ésta se la aplica usted por la noche con la careta especial. Es una pasta a base de plantas astringentes, que estiran y ponen tersa la piel. Pero hay que aplicársela todos los días.

Acaso un poco separados, lo que da, bajo una frente tersa, aire de mucha nobleza o de gran terquedad. Pero sus ojos, así, llenaban aquel semblante en flor con la luz de su belleza. Y al sentirlos Nébel detenidos un momento en los suyos, quedó deslumbrado. ¡Qué encanto! murmuró, quedando inmóvil con una rodilla sobre al almohadón del surrey.

Allí estaba él, reluciente, armado de aquella pechera blanquísima y tersa, la envidia de las envidias de Trabuco. En aquel momento don Juan Tenorio arrancaba la careta del rostro de su venerable padre; Ana tuvo que mirar entonces a la escena, porque la inaudita demasía de don Juan había producido buen efecto en el público del paraíso que aplaudía entusiasmado.

De vez en cuando un soplo de viento helado hacía correr por la tersa superficie de las aguas un estremecimiento que las rizaba leve y momentáneamente, como si al mar se le pusiera carne de gallina. Y este estremecimiento se comunicaba al joven presbítero y llegaba hasta el fondo de su ser.

Desde los coches á los balcones entablábanse animados diálogos, cambiábanse requiebros por donaires, confites por sonrisas; arrojábanse sonoros besos que, en alas del viento, iban á posarse tímidamente sobre alguna tersa mejilla ruborizada.

La superficie de la ría estaba tersa, inmóvil y brillante, como la de un espejo: la luz proyectaba sobre ella algunas extensas manchas argentadas hacia el centro y otras obscuras en los bordes. El cielo se presentaba velado por un levísimo toldo de nubes que hacían soberbia competencia a los quitasoles y sombreros de las señoras.

¡Alza tu tersa frente, juventud filipina, en este día! ¡Luce resplandeciente tu rica gallardía, bella esperanza de la patria mía! Vuela, genio grandioso, y les infunde noble pensamiento, que lance vigoroso, más rápido que el viento, su mente virgen al glorioso asiento. Baja, con la luz grata de las artes y ciencias, a la arena, juventud, y desata la pesada cadena que tu genio poético encadena.

Veía enfrente de la sotana tersa de pliegues escultóricos, rectos, simétricos, una sotana de medio tiempo, de rico castor delgado, y sobre ella flotaba el manteo de seda, abundante, de muchos pliegues y vuelos. Bismarck, detrás de la Wamba, no veía del canónigo más que los bajos y los admiraba. ¡Aquello era señorío! ¡Ni una mancha!

Hojas secas caían de cuando en cuando de las ramas al manantial; flotaban dando vueltas con lenta marcha, y, acercándose al cauce estrecho por donde el agua salía, se deslizaban rápidas, rectas, y desaparecían en la corriente, donde la superficie tersa se convertía en rizada plata.

Palabra del Dia

metropolitanos

Otros Mirando