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Actualizado: 9 de junio de 2025
No nos entendemos repuso llena de confusiones, y mortificada por la observación tenaz de doña María . ¿Vendrás todas las noches? Aquí es preciso mucha cautela. Para respirar necesito pedir la venia a la señora. Ten prudencia, Gabriel; también D. Diego nos mira.
Velázquez, enfurecido por la ironía de estas palabras, replicó riendo sarcásticamente: Anda tú con él, hija, y ten mucho cuidado de no caerte de simple. Más vale caerse de simple que de fanfarria dijo ella mirándole cara á cara. El majo se puso encendido hasta las orejas. ¿Cuánto vamos á apostar, niña, á que no te vas á casa tan sana como has venido?
Ni siquiera habrá venido a verle... También me lo figuro. No vendrá; ten por cierto que no vendrá». ¡Quién sabe!... se dejó decir la joven, sintiendo que se le apretaba la garganta. Te repito que no vendrá... Tengo mis razones para asegurarlo. Claro... ¡qué ha de venir...! Ni falta. Dices bien; ni falta. Gracias que te oigo una expresión filosófica. Ese hombre tiene ahora otros entretenimientos.
Y como sorprendiese en el rostro de Fermín una mueca de protesta, volvió a su tono de humanidad. Hombre: no pienses en eso del casamiento. Ten lástima de mi y de mi familia. ¿No tenemos aún bastantes penas?
Y tú, espíritu noble, alma grandiosa, corazon magnánimo que has vivido para un solo pensamiento y has sacrificado tu vida sin contar con la gratitud ni la admiracion de nadie, ¡ten paciencia, ten paciencia! Los medios de que me valgo no serán tal vez los tuyos, pero son los más breves... El día se acerca y cuando brille iré yo mismo á anunciároslo á vosotros. ¡Tened paciencia!
Por dinero baila el perro. Cobra y no pagues, que somos mortales. Dádivas ablandan peñas. Ten dinero, tuyo o ajeno. Quien tiene dineros, pinta panderos. Y así pudiera yo seguir citando hasta llenar un pliego de impresión.
Una de las señoritas de Delgado se llevó el pañuelo a los ojos, declarando en voz baja a los que estaban cerca que desde hacía poco tiempo se le saltaban las lágrimas por cualquier cosa. ¡Qué majadero es este don Serapio! Con tanto mover la frente se le va a correr hacia atrás el peluquín. No seas malo, Ricardo; ten un poco de caridad y déjale al pobre que goce sin ofender a Dios ni al prójimo.
Vuelvo á repetirle á usted que si los liberales de copete descubren estas socaliñas, no me dejarán un hueso en su lugar. Mucha cautela, ten mucha cautela: nada de papeles escritos, no me dirijas cartas, no fíes al papel ni una idea sobre este punto, le dijo Elías con severidad.
Como ejemplo de las materiales, casi como cifra y compendio de todas ellas, pongo el dinero, y ese le tenemos en abundancia, gracias a la espléndida munificencia del Padre Ambrosio. Alégrate pues, y ten pecho ancho.
Ten serenidad y un poco de lógica... Por esa desgracia, ocurrida al otro lado de la tierra, no vamos á privarnos de asistir á una fiesta que representa enormes gastos para el amigo que la ha organizado. Se aproximó á su esposo, diciéndole con voz insinuante, al mismo tiempo que le acariciaba el rostro con una mano: Hay que saber vivir. Nadie conoce esta desgracia.
Palabra del Dia
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