United States or Falkland Islands ? Vote for the TOP Country of the Week !


Salgamos, que es tiempo murmurole al oído el Lectoral. Algunos tertulios se retiraban; don Alonso entre ellos. Cuando maestro y discípulo bajaron a la cuadra del piso bajo, conducidos por Casilda, ya era de noche. Cae nieve dijo la muchacha mirando hacia el patio. Casilda no había soñado ni mentido.

Este mundo no ve tan bien estas cosas... pero a no me importa nada de él, salgamos; agregó resueltamente, y tomando ella misma la hoja de la puerta, la abrió y juntos entramos en el balcón.

Pero salgamos de las honduras en que nos hemos metido, y terminemos este artículo, que va siendo ya sobrado largo, afirmando que el libro del Sr. Taylor es muy agradable de leer, á pesar de los defectillos que hemos notado, y que, si procuramos no ser vidriosos, reconoceremos que cuanto el Sr.

¡Si me reprendes, no diré una palabra más! dijo Diana recogiendo su libro que se le había caído al suelo. Sin embargo, después de un corto silencio, repuso, temiendo haber contrariado a su prima: Cuando estemos en París ¿quieres que salgamos juntas? Iremos a tomar el lunch al Palacio de los Campos Elíseos, y a probarnos sombreros, y a ver los modelos del incomparable Doucet, ¿quieres?

Nuestra venganza ya no pide remedios tan cautos y dudosos, ni á nosostros nos conviene el dilatar la guerra por ser poca antes de ser menos; ejecutemos la ira. Aventurese en un trance y peligro nuestra vida; y así mi último parecer es, de que salgamos en campaña, y debemos la batalla á los que tenemos delante.

Acaso salgamos bien de la empresa, y harto se comprende el provecho y la gloria que de ello nos resultarían. Si somos vencidos, si las fustas de Aga Mahamud echan a pique nuestra nave ¿qué le hemos de hacer? Morir tenemos, como dicen los cartujos, y lo mismo es hoy que mañana. Yo aquí, como apoderado comercial de los señores Adorno y Salvago, sólo debo mirar por sus intereses.

Vos habéis sido la causa de las casualidades que le han hecho esposo de doña Clara Soldevilla y favorito de la reina, y qué yo qué más cosas... pero ya se ha quemado la escudilla con lo que contenía, ya no queda rastro por aquí del veneno... el alcázar se me cae encima; salgamos... salgamos de aquí, Montiño. Llueve que es una maldición.

El gobierno ha dispuesto que salga una expedición para desembarcar en Cartagena y socorrer a las partidas de Castilla. Me han designado para formar parte de ella. Pobre soldado, tengo que obedecer. ¿Cuándo nos volveremos a ver? Nunca. No te separes de esta noche. Salgamos de aquí, y te llevaré al lado de la condesa, tu prima. ¡No, a casa, a casa!

Gertrudis inclina un poco la cabeza y, alzando los ojos hacia él, murmura: ¿Sabes lo que siento? ¿Qué cosa? ¡Me parece que me llevas al cielo! Y cuando termina esa danza: Ven ligero, salgamos dice; no quiero tener que bailar con otro. Le aprieta fuertemente la mano, mientras él se abre paso por entre la multitud.

Con sus parangs, que son unos machetes muy pesados y cortantes, pueden hacerlo facilísimamente. ¡La caída que daríamos sería buena! Mortal, señor Cornelio. Salgamos dijo el Capitán . No hay que dejar que se acerquen. Salieron del interior de la choza y se asomaron a la barandilla de bambú del corredor, desde donde podían distinguir todos los alrededores.