Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 20 de mayo de 2025
Y ha hecho usted muy bien, papá, pues si le prohibiesen quererme amaría a mi prima y entonces yo sucumbiría de pena. ¿Quién habla de morir, hija, mía? dijo el doctor acariciando sus manos. No pienses en esas cosas que me causan tristeza, pues aunque sé que no las dices de veras, me parece, cuando te oigo hablar así, que estoy viendo a un niño jugando con un arma envenenada.
Muy bien hecho; ¿y qué obligación tenías tú de quererme? Bastante hacías ya, con no avergonzarte de oir mis palabras. Yo soy quien te pido perdón, por haber sido atrevido contigo, y por haber estorbado quizás en aquel tiempo que tu quisieras al que te dictaba tu corazón. Cuando yo considero esto, me da mucha pena.
Entonces, ¿qué pretendes? ¿que sea de dos a un tiempo? ¿Quién resultaría despreciable, nosotros o él? Figúrate lo absurdo, que él lo tolerase: ¿crees que yo podría tenerle al lado? Cuanto dices prueba que no has dejado de quererme: ¡eso es lo que yo deseaba saber! Ahora, la última pregunta, y ¡mira que hablas con un hombre resuelto a todo!: ¿estás realmente casada? porque hay quien... no lo cree.
Cuanto hizo don Juan encaminado a enardecer los sentidos de Cristeta, fue trabajo perdido. La ninfa de abrasadora voluptuosidad se había trocado en fría escultura. Estaba triste, lleno su pensamiento de cosas amargas. Recibía los besos como Dios las oraciones, sin darse cuenta de ello. No..., hoy no..., déjame...; dime que eres mío..., y nada más. No sabes quererme así..., vamos..., sin eso.
Pero escribía otra vez, procuraba reportarse, y al cabo la indignación, la franqueza necesaria a su pasión estallaban por otro lado; y entonces era él mismo quien aparecía hipócrita, lascivo, engañando al mundo entero. «Sí, sí, decía, yo me lo negaba a mí mismo, pero te quería para mí; quería, allá en el fondo de mis entrañas, sin saberlo, como respiro sin pensar en ello, quería poseerte, llegar a enseñarte que el amor, nuestro amor, debía ser lo primero; que lo demás era mentira, cosa de niños, conversación inútil; que era lo único real, lo único serio el quererme, sobre todo yo a ti, y huir si hacía falta; y arrojar yo la máscara, y la ropa negra, y ser quien soy, lejos de aquí donde no lo puedo ser: sí, Anita, sí, yo era un hombre ¿no lo sabías? ¿por eso me engañaste?
Pronto olvidan al que adoraron y cambian de ilusión como de moda. Esta no. Esta no repitió Jacinta, asustada de ver a su enemiga tan distinta de como ella se la figuraba. No. Ha dado en la tontería de quererme siempre lo mismo, como antes, como la primera vez. Aquí tienes otra cosa que me anonada, que me obliga a ser indulgente. Ponte en mi lugar, hija.
Muñoz no podría quererme, porque mi modo de sentir y de ver las cosas es muy distinto al suyo. Y él es dominante: un día se le puso que yo debía pensar como él, imagínate. Yo lo haría, tú sabes que no tengo vanidad. ¿Pero quieres decirme cómo se hace para pensar en contra de lo que se cree la verdad?
Que V. se estaba riendo de mí y sólo aparentaba quererme por divertirse un rato... Que cómo podía figurarme yo que un joven rico y elegante se había de casar conmigo... ¿Todo eso te han dicho? exclamó Miguel con sorda irritación. ¿Nada más?
Después de despedirse de doña Inés a las siete de la noche para volver a su casa, Juanita se encontró en la antesala con el señor don Alvaro, el cual vino hacia ella con suma galantería, y le dijo: Ingrata, cruel hechizo de mi vida, ¿por qué eres tan tonta y tan terca? Quiéreme y amánsate. No sabes lo que te pierdes con no quererme.
Lo mismo podríais quererme arrancar el corazón del pecho. Dios me la dio porque vos la abandonasteis como hija; no tenéis ningún derecho sobre ella. Cuando un hombre aleja un bien de su puerta, ese bien es de los que lo recogen en su casa. Tenéis razón, Marner: hice mal, me he arrepentido de mi conducta a ese respecto dijo Godfrey, que no pudo menos que sentir el filo de las palabras de Silas.
Palabra del Dia
Otros Mirando