Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 7 de junio de 2025


El valentón relataba modestamente sus glorias. Todos los años, por Navidad y por San Juan, emprendía el camino de Valencia, tòle, tòle, para ver á la propietaria de sus tierras. Otros llevaban el buen par de pollos, la cesta de tortas, la banasta de frutas, para enternecer á los señores, para que aceptasen la paga incompleta, lloriqueando y prometiendo redondear la suma más adelante.

Para que todas estas coincidencias no le hubiesen advertido desde un principio, para no haber tenido antes un íntimo presentimiento de esa posible paternidad, era necesario haber estado ciego o muy preocupado. Preocupado, efectivamente, estuvo por sus quimeras matrimoniales, por la egoísta infatuación que le había hecho creer en la posibilidad de casarse con la propietaria de Rosalinda.

Lo que le tiene nervioso es cierto suboficial americano, joven y membrudo, que siente la manía de pasear en torno de su vivienda, y ciertos ojos claros que le siguen hambrientos desde una ventana, cierta boca carnuda que le sonríe, ciertas manos que él cree haber sorprendido de lejos arrojando una flor, y cuya propietaria le grita furiosa todos los días para convencerle de que ha visto visiones.

Su madre tenía dado a premio dinero bastante para salir de aquel compromiso, y en el término marcado de los seis meses podía cobrar dicho dinero. Su madre, además, era propietaria de la casa en que vivían, y bien la casa estaba fuertemente gravada con un censo, todavía podía producir, vendiéndola, muy cerca de los mencionados ocho mil reales.

25 de abril. Ya hace algunos días que sabía que anoche teníamos que visitar a la señorita de Valency, el único retoño de esa ilustre familia y propietaria del castillo vecino.

Estaba seguro de haber empezado á amarla el día que se presentó en Villa-Sirena á pedir el perdón de su deuda, confesando su ruina. ¡Pobre duquesa de Delille, acostumbrada á gastar millones al año, propietaria de minas preciosas, y teniendo que vivir del juego, como una aventurera!... Después, junto á su lecho, viendo sus lágrimas, escuchando el gran secreto de su vida, aquella maternidad oculta que la hacía llorar, se había dado cuenta definitivamente de este amor.

Una modista de California, que se llamaba propietaria, y se mudaba tres veces por dia, descollando por sus encajes, sus enormes dientes y sus amabilísimas muecas, se había empeñado en conquistar al Irlandes á todo trance; pero el buen viejo, que parecia entender mejor el verbo to drink, hecho para el paladar, que el to love, destinado á las honduras del corazon, le frunció las cejas de tal modo á la modista, que la infeliz, para vengarse de la altiva Irlanda, se resignó á coquetear con el jefe de ingenieros del vapor, jayan de la raza pura de John Bull.

La acaudalada señora de Pinto, rica propietaria de Bahía de Todos los Santos, que hacía cuatro años vivía en París con gran lujo, no bien se informó de la llegada del Vizconde, a quien había conocido en Río, le escribió un billetito, convidándole a los tés musicales y a veces danzantes que tenía todos los viernes, y donde la mayor de sus hijas, que eran dos, y ambas bonitas, mostraba su habilidad y hechizaba con su voz melodiosa, cantando alternativamente, ya las modinhas de su país, ya las canciones más sentimentales y melancólicas de Alemania, Italia y Francia.

Y éste galantemente lo presentaba ya para que se apoyase en él la señora, cuando interrumpiéndose ésta con aire consternado se volvía hacia la recién llegada y tomándole una de las manos murmuraba: ¡Qué distraída soy!... Es necesario que antes le presente a mi querida amiga... Camila Liénard, propietaria de la Rosalinda, en Val-Clavin... El señor Delaberge, inspector general de montes.

En la mesa el inspector general fue, naturalmente, puesto a la derecha de la señora Voinchet; enfrente sentábase su amigo y a su lado estaba la señora Liénard; de manera que Delaberge tenía frente a frente a la propietaria de Rosalinda y durante aquellos momentos de solemne quietud que suele reinar en los principios de toda comida pudo examinarla con sosegado detenimiento.

Palabra del Dia

rigoleto

Otros Mirando