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De cuando en cuando el soplo de las ráfagas otoñales desprendía una de las postreras hojas de vid, que caía arrugada y amarillenta sobre la mesa de granito, entre los dos amantes, produciendo un ruidito seco. ¡Pin! En los oídos de Baltasar resonaba la voz de doña Dolores, exclamando: «¿Chico, no sabes que las de García... ¡pásmate!, ganan el pleito en el Supremo?

Centinelas y guardias dejáronles pasar, deslumbrados por sus brillantes uniformes; los alabarderos golpearon el suelo con sus lanzas, pues que los seis de la comitiva eran cinco grandes de España y un embajador... Y anunciados por los ujieres, corrieron sus nombres produciendo general estupefacción: ¡Fray Anselmo de Araya, gran inquisidor de Felipe II!...

Confundir estas ideas, tomando afirmar por poner produciendo, es una monstruosidad inconcebible. En la ecuación A=A, la primera A es lo que es puesto en el yo, sea absolutamente como el yo mismo, sea sobre un fundamento cualquiera, como todo no yo determinado. El yo representa en esta el papel de sujeto absoluto, por lo cual se llama á la primera A, sujeto.

Después, toda la extensión del hermoso valle poblado de casas, de árboles, de flores, de ganados; a lo lejos las montañas con sus laderas cubiertas de bosques, sus eminencias rojizas y azules y sus cúspides encaperuzadas con una blancura en la cual nuestra viajera creyó ver enormes montones de plumas, encima el cielo sin fin, el sol de la mañana dando vivos colores a todo el paisaje, garabateando el agua con rayos de luz, produciendo temblorosos reflejos en el follaje de los olmos, y reverberando en las sementeras pajizas, salpicadas aquí y allí de manchas de amapolas. ¡Esto que se llama vivir!

En ciertos parajes los árboles entrelazaban sus copas, y el brillante sol penetraba por entre el follaje, yendo a reflejarse sus rayos sobre las rumorosas y agitadas aguas, produciendo un lindo efecto. Según el registro, el lugar debía quedar en campo abierto, puesto que el sol brillaba sobre él durante una hora del mediodía, el cinco de abril y dos horas el cinco de mayo.

El paraje mismo donde trabajan, tiene en algo de terrible; no durante el verano, cuyo ardiente sol dora las hojas de los árboles y hace sonreir hasta el horror de los precipicios, pero en el otoño, cuando las nubes pasan corriendo por encima de los sombríos barrancos y dejan en las cimas de los montes sus jirones como gigantescos lienzos rotos, y el viento, ya helado, penetra con estruendo en los estrechos valles, produciendo un prolongado ruido de trueno que repercute á lo lejos.

Pero éste, que debía estar en guardia, tiró de una daga é hirió mortalmente á Lorenzo Gómez, escribano que se hallaba presente, y luego azuzó á un perro mastín que tenía consigo, el cual era de tan fiera condición que, arrojándose sobre los corchetes, comenzó á dar dentelladas á unos y á otros, produciendo graves mordeduras á todos aquellos que habían intentado apoderarse de su amo.

En aquel momento daban los relojes de las iglesias las diez y media. Dos horas despues, Plácido dejaba la casa del joyero, y grave y meditabundo seguía por la Escolta, ya casi desierta apesar de los cafés que aun continuaban bastante animados. Alguno que otro coche pasaba rápido produciendo un ruido infernal sobre el gastado adoquinado.

Disipose por un momento la densa penumbra, ¡pero de qué manera tan terrible! Detonación espantosa, más fuerte que la de los mil cañones de la escuadra disparando a un tiempo, paralizó a todos, produciendo general terror.

Y de allí venía una leve brisa helada que coloreaba los dedos y la punta de la nariz, vigorizando los músculos y produciendo cosquilleo en los ojos. La campiña se preparaba a dormir, exhalaba un suspiro de bienestar, mezcla confusa de voces y mugidos, rechinar de carros, tañido de esquilas y rumor de olas, fundido todo y armonizado en la amplitud de la llanura ilimitada.