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Actualizado: 28 de mayo de 2025
Al embarcar pasando muestra, no recibiendo todas las pagas debidas, se amotinaron los españoles, hiriendo al capitán Antonio de Mercado que procuraba acordarlos, y tomaron el camino para volverse á Lombardía. D. Álvaro de Sande y el embajador los alcanzaron á diez millas de distancia, que sólo desandaron con promesa de recibir cuatro pagas.
Ya lo decía su abuelo, que era persona de mucho saber: ¿Para quién se han hecho las cadenas? Para los hombres. ¿Pagas? Eres buena persona. ¿No pagas? Eres un pillo.» Y después de este curso breve de filosofía rústica, apelaba al segundo argumento, que era sacar de su faja una tagarnina de tabaco negro, con una navaja enorme, y comenzaba á picarla para liar un cigarrillo.
Ordenó el Duque de Sessa que la paga de la infantería española se fuese á hacer en Génova, por evitar que no se quedasen algunos soldados después de la paga; y como en aquélla se quisieron reformar las ventajas y se trató de que hubiese algún perdón ó suelta de pagas, la gente se alteró y amotinó, y lo mejor que pude lo pacigué y aquieté, y después de haberla pagado la embarqué en las galeras de Sicilia, con las cuales estaba allí D. Berenguel de Requesens para aquel efecto .
Así y todo la agarró fuertemente por el brazo, y soltando tres o cuatro ternos seguidos, le escupió más que le dijo: «Oyes tú, grandísimo pendón; su casta es mejor que la tuya siete mil veces... ¿Qué hubiera sido de ti si no te hubieras casado con el calzonazos de mi hermano? ¿Así pagas el bien que te ha hecho, insultándole a él y a todos nosotros?... ¡Pues mira, chica, que el porvenir de tu casta hubiera sido lucido como hay Dios!... Estabais con el agua al cuello, más pobres que las arañas, ¿y todavía vienes echando fieros?... ¡Si le digo a V., hombre, que es morirse de risa!... ¡Vaya un hermano babieca que tengo!... ¡Babieca!... ¡Más que babieca!...»
Que desde luego diese Andronico las Provincias de la Asia en feudo á los Ricos hombres, y caballeros Catalanes y Aragoneses, con obligacion que siempre que fuesen llamados y requeridos por él, ó por sus sucesores, acudiesen á servirle á su costa, y que el Emperador no estuviese obligado á dar después de la conclusion de este trato sueldo á la gente de guerra, solo les habia de socorrer cada un año con treinta mil escudos, y con ciento veinte mil modios de trigo, dándoles el dinero de las pagas corridas hasta el dia de este concierto.
¡Ah! eres un buen muchacho, dijo Fortunato con efusión, y en este momento me pagas veinte años de ternura.... Entonces, no se hable más del asunto, contestó Mauricio con afectada calma y que se borre hasta el recuerdo de esta aventura.
En las noches transcurridas entre dos pagas, el whisky y la ginebra apagaban la sed silenciosa de unos y daban nuevas fuerzas á otros para seguir hablando. El principal tema de conversación era adivinar cuándo se detendría el tren en la Presa regularmente. Las locomotoras sólo hacían alto allí cuando descargaban maquinaria para las obras del dique.
El Visorrey, vista la orden de S. M., avisó al Maestre para que toviese en orden las galeras y gente que había de servir en la jornada, y por su parte entendió en buscar dinero para las provisiones que eran menester, y para pagar los soldados españoles de la isla, que se les debían catorce pagas, y para hacer de nuevo gente envió á Caldes, caballero de la Orden de Santiago, á Nápoles, á demandar la gente y artillería que le habían de dar.
El verdadero honor del cristiano consiste únicamente en servir a Dios y cumplir sus santos preceptos... Escucha, Ricardo... Cuando te preguntaba si me amabas mucho es porque tenía necesidad de saberlo..., de saberlo con entera y absoluta certeza... Voy a hacerte una confesión, después de la cual, si eres tan virtuoso y tienes tanta fe como puedo exigir de ti, tal vez me ames más... Si tu fe es tibia y vacilante y pagas tributo a las frívolas consideraciones mundanas, seguramente me amarás menos y quizá llegarás a huirme...
PER. Dos mil ducados te envía De socorro el rey Fernando. NARV. Dios guarde al Rey mi señor. Esta tarde hay paga. ALVAR. Vivas Mil años, y dél recibas Premio igual a tu valor. NARV. Ea, poned mesas luego; Todo os lo he de dar, ¡por Dios!, Y a ser diez mil, como dos. ESPIN. Peralta, mis pagas juego. PÁEZ. ¿Quién habrá que eso no haga? NARV. Llama aquesas cajas, Páez.
Palabra del Dia
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