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Varias cargas afortunadas y dos heridas más «de suerte» le dieron algún renombre. Al terminar la guerra contaba con numerosos amigos entre la oficialidad noble, y fué presentado con los salones más aristocráticos. Una noche, en el baile de una gran duquesa, vió de cerca á la mujer de moda, á la joven que más daba que hablar en aquel invierno á las gentes de la corte: la princesa Lubimoff.

Sin embargo, los entendidos y prácticos en la materia comprendían que cualquier intentona a mano armada en territorio gallego se quedaría en agua de cerrajas, y que por más rumores que corriesen acerca de armamentos y organización en Portugal, venidas de tropa, nombramientos de oficialidad, etc., la verdadera batalla que allí se librase no sería en los campos, sino en las urnas; no por eso más incruenta.

No perdió el conocimiento hasta los últimos instantes; no se quejó de sus dolores, ni mostró pesar por su fin cercano; antes bien, todo su empeño consistía sobre todo en que la oficialidad no conociera la gravedad de su estado, y en que ninguno faltase a su deber.

El día 9 lo terminó el rey asistiendo por la noche al teatro Principal, donde el Ayuntamiento había dispuesto en honor suyo una función extraordinaria, en la que hubo, á más de la representación de La dama sutil, cantata en elogio del rey, sainete de circunstancias y bailes andaluces, que entretuvieron en extremo á la oficialidad y á las tropas invasoras.

Saludaron éstos a la oficialidad del buque con grandes curvas de sus chapeos de paja, y entraron luego en el comedor, donde estaban extendidos los documentos entre botellas de cerveza hamburguesa. Con estos brasileños subieron muchos de los que esperaban en los botes. Ojeda vio que Maud se abalanzaba hacia la escalera de los salones.

Estas circunstancias le proporcionaron la satisfaccion de llegar á la Plata el dia 19 del propio mes, donde entró por medio de las aclamaciones de un numeroso pueblo, acompañado de aquel Comandante, y de toda la oficialidad de milicias y de muchas personas de la primera distincion, que habian salido á recibir aquel corto número de hombres, cubiertos de laureles, y de una gloria inmortal, que no podia borrarla el transcurso del tiempo, ni obscurecerla las negras sombras de la envidia.

A poco rato se vinieron todos los caciques, y uniéndose el Comandante con la oficialidad, salimos á recibirlos: y despues de grande razonamiento que dichos caciques hicieron y le fué esplicado á dicho Comandante por los intérpretes, se dieron las manos uno á uno hasta el último oficial, y retirándose el Comandante y dichos oficiales con los caciques, los regaló, mandando á un mismo tiempo echar pié á tierra á nuestra gente, para que acampase y comiese: y antes de ponerse el sol se retiraron á sus toldos.

Bendíjola fray Diego que, por ser el sacerdote más bizarro y el más firme bebedor de anisado de la capital, gozaba de gran prestigio entre la oficialidad. Asistieron al acto más de veinte damas y casi otros tantos caballeros. En cuanto terminó se trasladaron todos a la Granja para pasar allí el día. Por hallarse tan cerca de la población no se necesitaban carruajes.

Me dispuse a obedecer, intenté persuadir a mi amo de que él también debía transbordarse al Rayo por ser más seguro; pero ni siquiera quiso oír tal proposición. «La suerte dijo , me ha traído a este buque, y en él estaré hasta que Dios decida si nos salvamos o no. Álava está muy mal; la mayor parte de la oficialidad se halla herida, y aquí puedo prestar algunos servicios.

No sólo dejan flotando sobre la espalda su cabellera angelical, sino que se despojan del reloj, de las pulseras y sortijas que entregan a su papá, colgándose antes de su cuello para hacerle mil caricias como niñas sencillas y apasionadas que eran; hecho lo cual y al observar que algunos dignos oficiales del batallón de Pontevedra las contemplan, huyen ruborizadas y confusas, se recogen las enaguas con alfileres hasta dejar descubierto el pie y parte de la pierna, y en la inocencia de su corazón huyen, huyen siempre por el bosque adelante, esquivando como las ninfas de Diana las miradas ardientes de la oficialidad.