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Todavía aquel corazón angelical perdonaba fácilmente lo que reputaba por injuria; mas ya había dado un paso adelante, ya le era imposible olvidarlo por completo.

Sin embargo, varias veces se había pensado en darle un disgusto serio para que se convirtiera o abandonase el pueblo. Esto dependía del mayor o menor celo apostólico de los obispos. Este recibió la noticia en el Casino todavía iba al Casino entonces . Una sonrisa angelical se dibujó en su rostro: así debió de sonreír el griego que dijo: pega, pero escucha.

Había ya ella, durante el tiempo que estuvimos en Perrieres, y sin que yo lo supiese, pedido al señor cura que no la dejase morir sin darle todos los sacramentos; el buen sacerdote aprovechose entonces de lo que ella volvía a repetirle, y después de haberle hecho entender todas las virtudes que contiene el último sacramento, fuese a buscar lo necesario para el caso y le administró la Extremaunción que ella recibió con gran fe y angelical piedad; pidió que no se dijese una palabra a su marido, que afortunadamente se encontraba fuera en aquel momento.

Me enfada esta niña con su inocencia y su cara bonita. Parece que se la pone al lado como un escudo contra ... Es fatalidad esta; las pocas veces que la cojo sola, no adelanto nada. Si le digo cualquier reticencia delicada, se hace la tonta. Evita el encontrarse sola conmigo, y ahora trae siempre a rastras al espantajo angelical de su hermana para asustarme».

Pues, hija arguyó Belén con aquel sonsonete que había aprendido y que tan bien se acomodaba a su figura angelical y a sus moditos insinuantes , ten entendido que aunque tus crímenes fueran tantos como las arenas de la mar, Dios te los perdonará si te arrepientes de ellos. Oír esto Mauricia y dar un gran berrido y soltar otra catarata de lágrimas fue todo uno.

Lo que yo pido para mi hijo exclamaba es que le gusten las artes y encuentre una mujer como . ¡Entonces vale la pena el haber nacido! El pequeño Mario tenía ya cerca de cuatro años. Era un niño fresco, sonrosado, con grandes ojos suaves y límpidos y una boca de cereza plegada siempre por sonrisa angelical.

Se plegaba con una paciencia angelical a los hábitos del idiota, caído en la condición de bestia; aprendía a comprender los sonidos inarticulados que el enfermo dejaba oír, y lo miraba sonriendo cuando le rompía el juguete más preciado. El idiota se acostumbró tanto a esa compañía que no quería pasarlo sin ella.

Susana lo sabe todo: yo se lo he contado, pero ella, que tiene una penetración grande, ya se lo había presumido; ¡pobre hija mía! yo espero que Dios le enviará aquello que puede y debe darle la felicidad, teniendo en cuenta que su imaginación no está desbordada y posee un corazón angelical; ella se dedica a sus deberes sin la menor turbación ni inquietud, con una tranquilidad y una alegría, que me tienen embelesada.

Allega á San Vicente, Cupido Desembraza cruel su flecha dira, Y hácele quedar preso y rendido Al rostro angelical de Doña Elvira. Quien indios y españoles ha vencido, Vencido y muerto queda, porque mira. ¡Y piensas , Cupido, no lo fueras, Mirando á Doña Elvira de Contreras!

Entretanto, la salud de mi madre declinaba por una pendiente apenas sensible, pero continua. Llegó un tiempo en que su carácter angelical se alteró. Su boca, que jamás había pronunciado, en mi presencia al menos, sino dulces palabras, se hizo amarga y punzante; cada uno de mis pasos, fuera del castillo, fué objeto de un comentario irónico.