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Actualizado: 21 de octubre de 2025


Y paresciendo que pues aquella isla se habia subjetado y atraído á la devoción de V. M., era bien de procurar de conservarla, y convenía hacerlo por lo mucho que importaba á la quietud de los reinos de Sicilia y Nápoles y navegación de ellos, por ser aquella isla tan vecina á ellos, donde se recogían muchos cosarios, así á vituallarse como á repararse é hacer navíos y invernar en ella y vender las presas que en los dichos reinos y costa de Italia hacían, que para esto era bien hacer un fuerte competente donde se pudiese meter guarnición de gente y artillería, porque habiéndole se quitaría la frecuentación de los cosarios y disturbaría mucho la contratación y paso de los turcos que pasan á Argel é poniente y se ponía la isla en perpetua subjeción, y podría servir de escala y de casa de munición para las empresas que en África se quisieran hacer, é para los navíos que quisiesen andar en corso contra turcos, y que el mejor sitio y parte donde se podía hacer era donde estaba el castillo, incorporándole en él, porque no se quería comenzar obra que pudiese disturbar á que, con el primer tiempo y llegado de Sicilia las vituallas y gente que se esperaba, no se pudiese partir el armada á Trípol, sino dejase la obra imperfecta; y porque la comodidad del castillo y haber en él lugar para poder meter vituallas y municiones y dos cisternas, y cerca tierra, leinmo, fajina y arena para poder edificar, hacían fácil é breve el edificarse el fuerte, é también parescía más conveniente hacerle allí que en otra parte, por ser el medio de la isla y donde los moros hacen sus mercados, contractaciones y ferias, é porque de más desto, en cualquier otra parte que se quisiera hacer era menester mucho tiempo, por no tener tan á mano los materiales, é por ser necesario hacer, allende de la fortificación, magacenes para las vituallas y municiones; y si se quisiera hacer en la Cántara, donde algunos dicen que se había de hacer, por haber agua, había en ello la dilación de tiempo que era contra lo que se tenia determinado, y quedaba subjeta la plaza á ser batida por mar, por haber en aquella parte mucho fondo, lo que aseguraba el castillo, que por ser secanos no se puede acostar armada á tiro de cañón, aunque por una canal estrecha pueden llegar fustas y galeotas é otros navíos mercantiles; ansí que, movidos destas cosas, se determinó que se hiciese allí el fuerte, y D. Sancho de Leyva tomó á su cargo el ir con Antonio Conde, ingeniero, y el Capitán general de la artillería Bernaldo de Aldana á designiar el fuerte, y ansí lo hizo, y por su disiño se comenzó á fortificar, tomando Juan Andrea Doria á cargo fortificar él un bestión con la gente de Quiroco Espínola, y de levantar otro se encargó el gran Comendador Jegieres con la gente de la Religión, y el Duque con la infantería española de otro, y el cuarto tomó á cargo Andrea Gonzaga con la infantería italiana de Lombardía, é yo le tuve de solicitar é ayudar á los unos y á los otros; y estando la fortificación en buen término, fué nueva que el turco enviaba armada para socorrer á Trípol, por la instancia que Luchaly había hecho, el cual le había ido á pedir, según dicen, en los dos navíos que arriba digo que se dejaron en la Cántara; y como de muchas partes se confirmase la venida de la dicha armada y el Duque, desesperando el poder hacer la empresa de Trípol é por desembarazarse de allí hizo dar gran prisa á la fortificación del fuerte, el cual fué en defensa el día de San Marcos, y de aquel día en adelante no se ocupó en trabajar más gente de la que allí había el Duque determinado que quedase.

Con los nuevos socorros de turcoples, y turcos y de muchos otros españoles que andaban antes encubiertos en los lugares del imperio, como mercaderes, ó debajo del nombre de otra nacion, se aumentaron los nuestros, porque acreditados con tantas victorias, todos procuraban su amistad; movidos algunos con el deseo de venganza, los más con su codicia, querian participar de las riquezas que la fama publicaba que habian adquirido en aquella guerra.

Ellos valiéndose del aborrecimiento que los Alanos, que estaban dentro, tenian á los Catalanes, y movidos de la codicia de hacerse dueños de los tesoros que Roger habia recogido, se resolvieron de tomar las armas, y rebelarse. Comunicado su consejo con Ataliote, y aprobado por él, les pareció ponerle en ejecucion; porque como antes vivian á modo de Ciudad libre, temian venir en sujecion.

En esto desperté de mi sueño y me volví a encontrar en mi pobre casita de esta corte. Creo, añadía nuestro amigo al terminar su cuento, que con menos riqueza y a menos costa pueden los Nanares del día seducir a los Parsondes que zahieren su inmoralidad y sus vicios, movidos, no de la caridad, sino de la envidia.

Después de subir Leto tan arriba en la escala de lo negro, sucediole lo que a todos los espíritus exaltados movidos de las mismas aprensiones: que no pudiendo pasar de lo peor ni teniendo paciencia para quedarse quietecito donde estaba, comenzó a descender muy poco a poco, para cambiar de postura; y de este modo, quitando una tajadita a este supuesto, y un pellizquito al otro, y dando media vuelta al caso de más allá, fue encontrando la carga más llevadera y el cuadro general a una luz menos desconsoladora.

Sus remos no apretados al cuerpo, sino movidos á distancia por un prolongado brazo, son harto blandos, comparados con los del otro, y pronto se cansan. ¿Quién repara todo esto?

Vio agitarse los matorrales como movidos por una bestia obscura, cautelosa y maligna. Allí estaba el enemigo. Primero avanzó la cabeza, luego el busto, al fin sacó las piernas de entre el ramaje crujidor.

Metidos en sus grandes botas de charol, con el taco como aguja y con todo el frente bordado, daban vueltas pretenciosas de elegantes, pareciendo muñecos movidos por un mismo resorte, tal era la precisión con que seguían el compás que el máistro marcaba con la cabeza.

Jaime oyó pasos furtivos en las habitaciones inmediatas; vio cortinajes que se agitaban levemente, como movidos por suave céfiro; adivinó tras de ellos cuerpos en acecho, ojos que le contemplaban ocultos. La criada volvió a aparecer, saludando a don Jaime con grave cortesía. ¡Era el sobrino de la señora!... Le acompañó hasta un gran salón, y desapareció.

Si nuestro movimiento es mas rápido, hasta los objetos movidos en la misma direccion nos parecerá que se mueven en la contraria: así cuando en un barco andamos en la direccion de la corriente, con mas velocidad que el agua, parécenos que esta corre hácia arriba.

Palabra del Dia

aprietes

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