Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 24 de junio de 2025
Y de toda esta carrera loca, desesperando a unos, enloqueciendo a otros, trastornando la vida en muchos puntos de Europa, he sacado una consecuencia: o eso que los poetas llaman amor no existe y es una invención agradabilísima, o yo no he nacido para amar y soy inmune, puesto que después de una vida tan agitada, cuando recopilo el pasado, reconozco que mi corazón no ha sentido de verdad... ni esto.
Pero la tartana, como una coqueta, inconstante y caprichosa, reanudaba su rumbo primitivo, y a la velocidad de todo su velamen, iba a sumergirse en las oleadas de luz que abrazaban la atmósfera, desesperando así a los honrados guardacostas que se apuntaban un nuevo fracaso.
Vine á Granada, al fin, desesperando de los hombres, desesperando de Dios. ¡Ah! decia yo para mí, ¿quién curará mi alma lastimada? ¿quién podrá levantar ya mi espíritu caido? ¿quién devolverme la paz de que gocé en mejores dias? »Granada fue la que operó en mí esta revolucion benéfica.
Me estáis desesperando: vos conocéis á esa dama. Vos me estáis guardando un secreto. No es mío. De la reina. ¡Ah! ¡no! ¡no! Escuchad, Juan: yo tengo una obligación mayor de la que creéis de mirar por vos, de guardaros... ¡Vos! Sí, yo; es más: por vos he venido á Madrid; por vos necesito ver á vuestro tío. No os entiendo. Pues bien podéis entenderme. ¿No somos amigos? Sí, ciertamente.
A veces meditaba en ello interrumpiendo la lectura de Fray Luis de Granada y de los seis libros de San Juan Crisóstomo sobre el sacerdocio; pero al poco rato, descorazonado por tanta mezquina contrariedad, desesperando de ser útil jamás a la casa de Ulloa, se enfrascaba nuevamente en sus páginas místicas.
¡Oh don Francisco! me llamáis ciego, y sin embargo, no reparáis en que os veo levantaros delante de mí como un gigante, y os respeto; no comprendéis que os aprecio en cuanto valéis, y que sé que con vuestra ayuda nada temería: lo emprendería todo, continuaría los tiempos de esplendor de España... Me estáis ofreciendo moneda falsa. Y vos me estáis desesperando.
El americano, desesperado, y desesperando de conseguir nada por estos medios, se arrojó entonces a una intentona criminal. Largo tiempo anduvo acechando el momento oportuno y buscando ocasión de encontrarse a solas con Rosa y en circunstancias en que pudiera llevar a cabo su propósito con alguna esperanza de buen éxito. Al fin creyó hallarla.
Pasó tiempo, mucho tiempo, durante el cual Rosalía oyó medio sermón patético, aflautado, un guisote de lugares comunes con salsa de gestos de teatro; oyó cantorrios más o menos gangosos, y por último se hizo tan tarde, pero tan tarde, que desesperando ver el fin de la dilatada función, tuvo que marcharse sin hablar con Milagros.
Nunca ausencia se tomó por medio para acrecentar una aficion, antes suele ser con que la mayor se desvanece, como siempre suele esperimentarse: El amor y aficion de Andronico se fué perdiendo, y la mujer al mismo paso desesperando y cerrando la puerta á su pretension, trocó los ruegos en amenazas. Admitió platicas y tratos de Príncipes extranjeros enemigos de Andronico.
Ni sois liso ni agudo, y en cuanto á lo de paciencia... Téngola, puesto que me estáis desesperando, y... Os estoy leyendo. Concluyamos de una vez, don Francisco: yo os tengo en mucho, y si os he tenido preso no ha sido porque no me servíais á mí, sino porque no sirviéseis á otros. Yo sólo sirvo á Dios. Y al duque de Osuna.
Palabra del Dia
Otros Mirando