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Actualizado: 8 de septiembre de 2024
Dependía el ser bien o mal recibida de la racha de humor con que a Doña Paca cogía en el momento de entrar. Aquella tarde, por desgracia, la pobre señora rondeña se hallaba en una de sus más violentas crisis de irritabilidad nerviosa. Su genio tenía erupciones repentinas, a veces determinadas por cualquier contrariedad insignificante, a veces por misterios del organismo difíciles de apreciar.
En la mirada inquieta con que seguía la marcha, siempre ascendente, del oro en la pizarra, los conciliábulos que celebraba y el aire de contrariedad que no sabía disfrazar, denunciaba claramente que la cosa no marchaba a su gusto, como él decía.
En medio de su contrariedad, la duquesa experimentaba una sensación aplaciente y alegre. «Esta visita iba pensando al bajar las escaleras del palacio episcopal me ha servido para apreciar mejor a Facundo. Es un hombre de voluntad y obra conforme a su conciencia. Lástima que tenga tan poca sal en la mollera.
La noticia de su venida fué, pues, para él, una contrariedad, si no un disgusto serio. Y, en efecto, hacia últimos de octubre, no tuvo más remedio que ir a esperarle a Lancia, en compañía de su suegro y de otra porción de señores, todos socios del Saloncillo. El nombramiento de alcalde a su favor, había constituído al magnate en protector decidido de este partido.
No podía condensar en un pensamiento definido la vaga sensación que experimentaba; pero en su espíritu sentía como una contrariedad porque no se hubiera prolongado más la breve visita de los viajeros...
Sonreía modestamente, sin prestarse á mayores revelaciones. Al día siguiente de la llegada de Julio Desnoyers estaba Argensola, por la mañana, hablando con Tchernoff en el rellano de la escalera de servicio, cuando sonó el timbre de la puerta del estudio que comunicaba con la escalera principal. Una gran contrariedad.
Llegó un día en que no pudo abandonar la cama, y el nieto le vio entre sábanas, con el mismo aspecto de siempre, conservando la fina camisa de batista, la corbata, que el criado le cambiaba todos los días, y el chaleco de seda a flores. Cuando le anunciaban la visita de su nuera, don Horacio hacía un gesto de contrariedad. Jaimito: la levita... Es una señora, y hay que recibirla con decencia.
Es una gran contrariedad que te halles en tal situación dijo el lúgubre en tono de responso. Yo que contaba.... Además me había propuesto sacarte en bien de la aventura y hacer que Doña Lorenza plantara en la calle al de los Cuatro Vientos, para que tu Juanita.... ¡Maldita sea tu estampa y mi miseria! exclamó el articulista con desesperación.
El chiflado marqués hizo un gesto de contrariedad. Déjanos en paz, Rafael. Amparo, poniéndose seria también, le contestó: Yo no le he dejado. Nos hemos dejado mutuamente, por conveniencia de ambos. No dirá él que yo le he despedido.... Manolo asintió con la cabeza por no contrariar a su ídolo, aunque otra cosa le constase.
Nuestras entrevistas eran raras y cortas. Su marido era celoso y la vigilaba de cerca. Podíamos muy bien darnos algunas citas por los medios más vulgares. Pero todo lo que era vulgar, todo lo que hubiese podido degradar nuestro amor, nos repugnaba igualmente a ambos... Los meses se pasaron en este encantamiento y en esa contrariedad.
Palabra del Dia
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