Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 8 de junio de 2025
Después de comer solía pasar éste un par de horas en el casino jugando al dominó. Sin embargo, cruzó rápidamente por delante de la botica para cerciorarse. Don Manuel, ¿no está? preguntó al dependiente, un chico de quince a diez y seis años. No, señora; hasta las cuatro no suele venir. Elena hizo un gesto de contrariedad y manifestó que no podía aguardar tanto tiempo.
Jamás se me ha ocurrido hallar mal lo hecho por la madre naturaleza, ni echar la culpa a la sociedad mal organizada de ningún caso adverso que me haya ocurrido, ni de ninguna contrariedad o percance angustioso en que yo me haya encontrado.
Al entrar en los puertos españoles, la menor contrariedad en el amarre del buque, una discusión con los empleados oficiales, la falta de espacio para un buen fondeo, le hacían sonreír con amargara. «¡Desgraciado país!... Todo era obra del altar y el trono.» En el río de Londres ó ante los muelles de Hamburgo, el capitán Ferragut se burlaba de su subordinado.
Solamente, en lugar de seguir a pie con Jenny y unos cuantos intrépidos, declaró que prefería el coche, con gran contrariedad del diplomático. No tengo verdaderamente suerte con usted, miss Darling dijo con involuntaria acritud. ¡Yo que esperaba hacerle a usted tirar la primera pieza! No lo sienta usted, porque no la acertaría. Pero, en fin, ¿es que le desagrada a usted mi compañía?
Contar, por extenso, los peligros de caer en manos de enemigos, no menos de Dios que de los españoles, de naufragar en escollos, de encallar en la arena, de contrariedad de vientos, de tempestades en el agua y en el aire, sería nunca acabar; parecía que todo el infierno había tocado al arma y salido del abismo para impedir con todo el esfuerzo posible el feliz logro de este viaje; y Dios, cuyos juicios, como dijo David, son un abismo insondable, permitió no se lograse una empresa tan deseada de tantos pueblos y ciudades.
Y para decírtelo todo en una palabra: Fortunata, soy un santo. No es esto jactancia, es la verdad... ¿Crees que voy a hacer daño a tu hijo? ¡Hacer daño a una criatura! Eso no cabe en lo humano. Déjamele ver, y te diré algo que te aprovechará. Fortunata, al fin, sospechando que la contrariedad podía irritarle, permitiole ver al nene, sin acercarse mucho, y protegiéndole con sus manos.
Hacia una parte había dos que eran nada menos que las señoritas Gunn, las hijas del negociante en vinos de Lytherley, vestidas a la última moda, con las faldas más ceñidas y las batas más cortas de talle. Las estaba examinando la señorita Ladbrook de los Prados Viejos con una vergüenza fingida no exenta de una contrariedad secreta.
¡Pero es bien triste...! exclamó su esposa en el colmo de la contrariedad. ¡Tristísimo! respondió él haciendo esfuerzos para no reír . Pero es mejor resignarse, porque no conseguirás más que disgustarte y que te haga daño la comida. Elena siguió a medias el consejo.
Sorege no se dignó siquiera responder... Miró al hombre de alto á bajo y salió. Subió al coche que le esperaba y se hizo llevar á Hyde-Parck. Eran las diez. Bajó en la esquina de Piccadilly y se dirigió al jardín á pie. Su cara expresaba una gran contrariedad por aquel primer fracaso.
Tu, hombre de preocupaciones, no te paras a considerar lo que son esos seres, continuación de nuestra propia existencia. Tu religión hace a los hijos fruto de Dios, y sin embargo, creéis ser mejores y más perfectos cuando repeléis y maldecís esos regalos del cielo apenas os causan una contrariedad.
Palabra del Dia
Otros Mirando