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Actualizado: 8 de junio de 2025
Fué el resultado un Estatuto para que no se pudiesen en lo sucesivo arrendar las referidas rentas á prebendados, caballeros ni personas semejantes, y establecerse el tribunal llamado de Cabeza de rentas. Ocurrió en 1474 la muerte de D. Enrique IV, y de aquí nuevos motivos de contrariedad y encono entre D. Alonso de Aguilar y el obispo D. Pedro.
Mi pobre hermano tiene, creo, en este momento, graves intereses en juego; no convendría que estuviese mucho tiempo enfermo. ¡Ah! ¿realmente? interrogó el joven. Sí, mi marido se preocupa de eso hace varios días. Huberto, comprendiendo que sería poco delicado sorprender de esa manera, cosas susceptibles de interesarlo, demostró indiferencia, con gran contrariedad de Diana, y habló de otra cosa.
Además, no quiso alegar ninguna ocupación. Y, por último, á pesar de la contrariedad que le causaba aquel incidente, tenía un interés vago en conocer la conciencia del cocinero mayor, que por su estado febril, por lo exagerado de su expresión, por otros mil indicios patentes, daba á conocer claro que se hallaba en una situación grave.
Pero ella le pide algo con deliciosa timidez; él hace un gesto de contrariedad y parece protestar, pero ella insiste amablemente; él se resigna, no sin mal humor, da al cochero una breve orden y se mete a su vez en el coche, que describe una parábola y va a pararse delante del Correo.
Con frecuencia comunicaba á Ferragut sus opiniones sobre los nuevos camaradas. ¡Por algo había dicho que se entendería con ellos!... Eran hombres serios y religiosos, y los prefería á los antiguos tripulantes mediterráneos, juradores é incapaces de resignación, que á la menor contrariedad sacaban á Dios al ruedo para afrentarlo con malas palabras.
Ahora han estado en la taberna cuatro personas, que creo han traído el encargo de ver cuándo entraba y salía usted. Me parece que lo mejor es que se marchen ustedes esta noche misma de Madrid. Una vez que estén fuera y lejos.... ¡Qué contrariedad! Pero yo deseo salir. Nos marcharemos. Pues entretanto no salga usted á la calle. Yo arreglaré el viaje, y lo haré de modo que nadie lo sepa.
Cierto es que se había sentido conmovida ante las razones de sentimiento en que su marido fundaba su tolerancia, mas no por eso dejaba de ser para ella una contrariedad de las más fuertes tener que sufrir a la continua el trato y la presencia de semejante documento.
Vieron unos ojos cuyas pupilas de color de ceniza estaban dilatadas por la sorpresa; un rostro de palidez verdosa, algo descarnado, que se coloreó instantáneamente con un acceso de rubor. Parecía asustada de que alguien pudiese oírla. Con un gesto de timidez y contrariedad cerró el instrumento, púsose de pie y marchó hacia la puerta del salón para huir de los dos importunos.
Hasta final de temporada trabajó en otras dos obras, y por una de ellas experimentó la primera contrariedad de las muchas a que había de estar sujeta. Citáronla para asistir a la lectura, y acabada ésta le entregaron su papel, de poco más de un pliego, en cuya primera hoja estaban manuscritas las siguientes palabras: NINFA EL
Las veredas, que al principio subían, luego empezaron a bajar, enlazándose; y al fin bajaron tanto, que nuestro viajero hallose en un talud, por el cual sólo habría podido descender echándose a rodar. ¡Bonita situación! exclamó sonriendo y buscando en su buen humor lenitivo a la enojosa contrariedad . ¿En dónde estás, querido Golfín? Esto parece un abismo. ¿Ves algo allá abajo?
Palabra del Dia
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