Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 13 de mayo de 2025


Bien podría, señorita, haber estado y no conocer el de todas las palabras replicó Lorenzo ligeramente turbado. ¿Ignoraría, señor, el de mi propio nombre?... repuso riendo sin ofender, riendo como si supiera que toda idea de agraviar se anularía en ella por el prestigio avasallador de sus encantos, compulsados más en la expresión y la palabra ajena que en su propio espejo.

Esto sería un arduo problema de metafísica muy difícil de resolver. El maestro no pudo menos de observar, a pesar de esas incongruencias morales, el trabajo de una percepción rápida y vigorosa, propia de una inteligencia sana. Melisa no conocía ni el titubear ni las dudas de la niñez. Las contestaciones en clase estaban ligeramente impregnadas de insólita audacia.

Todo este conjunto de facciones acentuadas y de un aspecto extraordinario, estaba corregido por una frecuente sonrisa, que apareciendo en unos labios bermejos y ligeramente sombreados por la barba, y en unos dientes blanquísimos, daba al semblante de aquel hombre un aire profundamente simpático, pero netamente humano.

El señor Pulido hizo una profunda señal de asentimiento, bajando con previsoria resignación los ojos, y la duquesa, haciendo alarde de la perspicacia de su ingenio, exclamó ligeramente: ¡Entendido, entendido...; basta!... Queda, sin embargo, el otro extremo por conciliar. ¿Crees que la mona Jenny se contente con la vicepresidencia?

La joven se levantó ligeramente de su sillón y replicó: Señor conde, se lo diré á usted cuando me haya explicado por qué dejó condenar, sin defenderle, á su amigo Jacobo de Freneuse... Sorege hizo un gesto desdeñoso. ¡Ah! ¿Volvemos á eso? Pues pregúnteselo usted á el mismo.

Sólo al terminar y ofrecerle de nuevo el periódico, la encontró ligeramente pálida. ¿Por qué me mandas leer esto?... No entiendo... Voy a explicártelo repuso Gonzalo con acento de ira concentrada, recalcando mucho las sílabas. Te he mandado leer esto, porque el mandarín de que aquí se trata, es el duque de Tornos, la china eres , y el chino yo... ¿Lo entiendes ahora?

Los médicos sonrieron ligeramente y continuaron examinando a la enferma. Uno de ellos le introdujo una pluma en la garganta. Mi tía, insensible, no dio señales de sentirla. El médico hizo un gesto de desagrado. Es preciso mudarle la cama agregó... ¡Ah! replicó mi tío haciendo una mueca forzada para disimular un profundo pesar; ¡pobrecita, se conoce lo grave que está!

Después cogiendo una silla vino a sentarse a su lado, y tomándole una mano le dijo con voz que temblaba ligeramente: No eres sola desgraciada, Elena. Yo también lo soy. ¿? exclamó aquélla alzando la cabeza y mirándola con estupor. , hace dos días que me encuentro en esta casa porque me he visto obligada a huir de mi marido.

Otros días, cualquier incidente halagüeño le volvía a su ser. Se tornaba sensible, notábase que estaba agitado y se mostraba ligeramente entusiasta, con mucha más naturalidad. Ponía cierta dulzura en sus gestos y en sus palabras y, aunque reservado como siempre, mucho me daba a entender respecto de sus esperanzas.

Al otro lado de los cristales, ligeramente turbios por la humedad exterior, movíase, pasando de una a otra ventana, con lento balanceo, una especie de columna, esbelta, amarilla, de invisible término, acompañándola fieles en este cambio de situación, regular y acompasado como el de un péndulo, unas líneas negras y oblicuas semejantes a cuerdas.

Palabra del Dia

commiserit

Otros Mirando