Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 4 de mayo de 2025


Más de una mujer revolvióse en la cama, turbando con su inquietud el sueño de su marido, que protestaba indignado. «¡Pero maldita! ¿no pensaba en dormir?...» «No; no podía: aquel niño turbaba su sueño. ¡Pobrecito! ¿Qué le contaría al Señor cuando entrase en el cielo?...»

Maltrana miraba estos animales sórdidos, de salvaje ferocidad, con gran repugnancia. Recordaba las confidencias del Mosco, indignado contra ciertos vecinos que, al encontrar en Madrid un perro muerto, se lo traían en el carro, arrojándolo en el corral, donde al poco tiempo sólo era un esqueleto descarnado.

D. Acisclo tuvo, pues, por cierto que el contenido de la carta era recomendar a doña Luz con el mayor encarecimiento que hiciese de él su nuevo administrador. Ya sabía D. Acisclo, por boca de D. Gregorio, que los millones de doña Luz estaban en fondos públicos extranjeros, y que ganaban a lo más un seis o un siete por ciento anual. Esto le tenía indignado.

En cuanto comenzaba el dulce son acordado, Talín se sentaba sobre las patas traseras, alzaba sus ojos al cielo clamando venganza y despedía de su boca tan horribles, fatídicos aullidos que el mayordomo indignado, no atreviéndose á castigar la insolencia, desarmaba con violencia la flauta y jurando amenazas la guardaba en el bolsillo. Trascurrieron bastantes días. Flora no pareció por Entralgo.

El perro indignado ante aquel recibimiento tan poco hospitalario, gruñó sordamente, enseñándole al mismo tiempo su robusta dentadura y su encendida boca. ¿Estará rabioso? se preguntó el hombre. Y dándose él mismo una respuesta afirmativa, le arrojó el palo con fuerza y entró en la casa gritando: ¡Un perro rabioso!... ¡Mi escopeta, mi escopeta!

Dirígese, pues, en apariencia, á Isabel, escribiendo los versos que siguen: Aunque amante me juzguéis De otro gusto, y como ingrato Me presumáis todo olvido, Yo soy vuestro y no os agravio. El Rey suspira, Isabela, Celoso como indignado, Porque ignora que disculpa Mis desvelos amor casto.

Y el pobre hombre, que consideraba el no pagar como la mayor de las deshonras, volvía á sus faenas cada vez más débil, más extenuado, sintiendo en su interior el lento desplome de su energía, convencido de que no podía prolongar esta lucha, pero indignado ante la posibilidad tan sólo de abandonar un palmo de las tierras de sus ascendientes.

¿Qué dicen en mi casa?... ¡Yo mismo no lo !... No he podido entender claramente lo que pensaban mis hermanos, hablando todos al mismo tiempo... Parece que creen que eres un mito... Terriblemente indignado, exclamó Pérez, después de un breve juramento de cuartel: ¡Yo un mito!... ¡Un mito yo!... ¿Y quién se atreve a decirlo, quién?...

Estoy indignado, me siento infeliz, y justamente, voy, dentro de un momento, a presentarme ante el público en el Colegio de Francia. ¡Bonita preparación para una lección de apertura! Me arde la cabeza. El mismo día, 6 de la tarde. No quiero cerrar esta carta sin decirte que mi lección ha salido muy bien a pesar de mis disgustos y del cansancio de mi cerebro.

Señor, replicó este, vuestra magestad es el único que la merece, y quien ha hecho la mas inaudita accion, pues siendo rey no se ha indignado contra su esclavo que contradecia su pasion. Todos celebráron admirados al rey y á Zadig.

Palabra del Dia

hociquea

Otros Mirando