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Actualizado: 30 de junio de 2025
»Le respondí con una seña afirmativa y con ella pareció quedar tranquila y satisfecha. »Pronto entraron a anunciarnos que el almuerzo estaba servido. Ya sabe usted, Antoñita, que antes su tío y yo hacíamos las comidas separados, para poder relevarnos a la cabecera de la enferma; pero desde que ésta convalece, tal precaución es inútil, y hace unos cuantos días que comemos juntos.
Pero conviene advertir, que para que una proposicion sea negativa, no basta que la partícula no afecte alguno de sus términos, sino que es preciso que afecte al verbo. «La ley no manda pagar.» «La ley manda no pagar.» La primera es negativa, la segunda afirmativa; el sentido es muy diferente con solo mudar de lugar el no.
Juan Montiño hizo una señal afirmativa con la cabeza. ¿Es paisano vuestro, Dorotea? No lo sé, porque yo no sé de dónde soy. ¡Ah! vos sois del cielo. Pues entonces no somos paisanos dijo Juan Montiño con mal talante , porque yo soy de la tierra. ¿Habéis estado alguna vez en la corte? Ayer vine por vez primera. Y como en la corte no conoce á nadie, ha venido á parar á mi casa.
Otra vez le dijo al oído hallándose de tertulia: Tengo que pedir a V. un favor, Maximina. ¿Qué es? Que me dé V. un rizo de su pelo. La chica levantó los ojos con sorpresa. ¿Me lo dará V.? repitió mirándola atrevidamente. Maximina bajó los ojos haciendo una señal afirmativa. Pero trascurrió un día y trascurrieron dos, y tres, y no daba señales de cumplir su promesa.
En substancia las dos fórmulas expresan lo mismo, y solo se distinguen por dos diferencias puramente accidentales: 1ª. en que la de Kant es mas concisa; 2.ª en que la de este filósofo es negativa y la de los cartesianos afirmativa.
Está por la afirmativa Leibnitz; pero como se ha visto en su lugar, su sistema de las mónadas debe ser considerado como meramente hipotético. Siendo preferible no decir nada á entretenerse en conjeturas que no podrian conducir á ningun resultado, me contentaré con asentar las proposiciones siguientes.
Pensé mucho sobre éstas, al parecer, pequeñeces, que eran, sin embargo, piezas muy considerables del cimiento en que se apoyaba la armazón de mis hipótesis; y al fin tuve que resolverme por la afirmativa, aunque en su grado mínimo, cuando vi los esfuerzos que costó a la pobre disimular a medias el deplorable efecto que le causó la noticia.
Hay algunos sylogismos de términos infinitos, que concluyen con dos premisas, al parecer negativas; pero desentrañando las proposiciones se hallará que una de ellas equivale á afirmativa. Ningun animal es piedra: ningun hombre es cosa distinta del animal: luego ningun hombre es piedra. Bien se ve que la menor equivale á esta afirmativa: todo hombre es animal.
Todo animal es sensitivo: todo animal es substancia: luego toda substancia es sensitiva. La voz substancia en la menor se toma por cosa determinada, y en la conclusion por comun á todo lo que es substancia. Regla quinta: Una de las premisas á lo menos debe ser afirmativa, porque si las dos son negativas, ni unen los extremos con el medio, ni los separan por el medio, sino del medio.
Mirome él con profunda lástima, y me preguntó con el mayor interés, cómo me había pasado aquel accidente. ¿Accidente? exclamé sorprendida. Tienes la frente amoratada, mi pequeña Reina. La tonta habrá subido a algún árbol o a alguna escalera observó mi tía. Sí, a una escalera respondí, es verdad. ¡Pobrecita! exclamó el cura desolado, y ¿caíste de boca? Yo hice una inclinación afirmativa.
Palabra del Dia
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