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Actualizado: 28 de mayo de 2025


Verdú viste con traje oscuro, holgado; la camisa es de batista, blanda, sin corbata; calza unos zapatos suizos; lleva los tres últimos botones del chaleco sin abrochar. ¡Ay, Antonio! exclama Verdú . Yo no puedo soportar más este dolor que me abruma y no me deja reposar un momento. Azorín mira pensativo a Verdú, como antaño miraba a Yuste.

Y despues de haberse holgado con el Inca é con los señores del Cuzco cinco dias, en sus fiestas é regocijos, Inca Yupanqui les dijo lo que pensaba hacer, é como queria reparar é fortalescer aquellas veras de aquellos dos arroyos que por la ciudad pasaban, contándoles el perjuicio que la ciudad rescebia; y ellos dijeron questaban prestos para hacer todo aquello que por él les fuese mandado; que les dijese la manera quen ello se habia de tener, porque proveerian lo que para ello fuese necesario.

Despues que Inca Yupanqui hubo hecho é dado órden en el año é meses é fiestas que en él se habian de celebrar, y hechos los relojes, habiéndose recreado é holgado en las cosas que habeis oido tiempo y espacio de dos años, el cual tiempo gastó este Señor en estarse en su pueblo, porque los naturales é caciques que á él estaban sujetos tuviesen espacio y tiempo para holgarse en sus tierras del trabajo que habian pasado en el reparo que ansí habian hecho en los arroyos de la ciudad del Cuzco, é porque ansí tuviesen espacio é tiempo de sembrar é coger grandes sementeras, con las cuales se reparasen de comidas é todos proveimientos, é tuviesen con que poder servir é contribuir á la ciudad del Cuzco y á los depósitos que en ella eran; pareciéndole que ya rescibia su persona é los demás algun tanto de pena por la ociosidad que ansí tenian él y los demás, ajuntóse un dia con los principales de la ciudad del Cuzco é díjoles: que ya habia ociosidad; que le parecia que ya era tiempo que los caciques é señores á él subjetos viniesen con sus comidas é bastimentos á la ciudad del Cuzco é trajesen consigo toda la más gente que ser pudiese, porque tenia en acordado de hacer reedificar la ciudad del Cuzco de tal manera, que para perpetuamente fuese hecha y fabricada de ciertos edificios que él en tenia pensado, é que despues que fuesen hechos, ellos los verian; para lo cual era necesario mucha y muy gran cantidad de gente, é que para esto era necesario que saliesen de la ciudad ciertos señores de los que allí en aquella junta con él eran; é que luego allí viesen los que querian ir, porque, con los que quedasen, él tenia necesidad, mientras los que habian de ir fuesen, de hacer é proveer lo que para el tal edificio fuese necesario.

La maldición de los creyentes ha caído sobre . Me arrojan por haberte salvado la vida. ¡No importa! Sólo quiero pedirte, como única paga, que si has de denunciallos a la justicia, avises a estas dos buenas mujeres, con holgado tiempo, para que puedan huir. Ramiro accedió con un signo de cabeza. ¿Lo prometes por tu honra? preguntole en seguida. contestó el mancebo. ¿Lo juras? Lo juro.

Fué tal el golpecillo, que me desatinó y sacó de sentido, y el jarrazo tan grande, que los pedazos del se me metieron por la cara, rompiéndomela por muchas partes, y me quebró los dientes sin los cuales hasta hoy día me quedé. Desde aquella hora quise mal al mal ciego y, aunque me quería y regalaba y me curaba, bien vi que se había holgado del cruel castigo.

Nació en plena corrupción colonial, cuando era Cuba mártir, el vertedero de todo lo podrido, el refugio de todos los estorbos, de todos los hambrientos y desocupados de España, cuando era nuestra tierra, el criadero de una milicia viciosa y enfermiza, robada a la Agricultura y a la Industria de su país; cuando era esta ciudad, jardín de América hoy, corral blando y holgado de Capitanes Generales infecundos, logreros e imperiosos; cuando la bandera roja y gualda flotaba sobre nuestra casa y a su sombra los cubanos estaban condenados a perpetua cobardía y los españoles autorizados para enriquecerse y engordar sus vicios insolentes; cuando el criollo moría en la miseria y el peninsular paseaba satisfecho en el carruaje comprado con el oro que manaba del crimen; cuando había más cárceles que escuelas, y el látigo infamante chasqueaba sobre las espaldas de los hombres de una raza tan necesitada de justicia como la nuestra; cuando el cubano que no se sometía a servir de celestino al pisaverde madrileño que lo solicitara, iba a purgar su osadía en el presidio; cuando el talento de los nativos dormía echado bajo la bota del déspota ceñudo, y la capa torera sobre los hombros y la cinta de hule en el sombrero, eran los únicos pasaportes de honor y las únicas cédulas de vida, verdaderas.

Llevaba un holgado frac azul grotescamente cortado, un ancho pantalón de tela y un chaleco escarlata con botones de áncoras, y al que le faltaban por lo menos seis pulgadas para llegar a la cintura; finalmente, un inmenso cuello de camisa rígido y almidonado se levantaba amenazador por encima de las orejas de este personaje.

Para ganarse la voluntad y excitar el celo de ambas Juanas, les llevó don Paco, envuelto en un pañuelo y sin que los profanos viesen lo que llevaba, un cestillo lleno de fresas, fruta muy rara en el lugar, y para mayor esplendidez sacó, además, del bolsillo del holgado chaquetón que solía vestir a diario, nada menos que tres bollos del exquisito chocolate que solía hacer doña Inés en su casa, y del cual había regalado a su padre una docena de bollos de cuatro onzas cada uno.

El demandador, como pudo, dijo que le diesen la cajilla: "Mucho han holgado las ánimas para tener a su cargo mi sustento", y fuése, en lugar de ir a la puerta, a la ventana, y como vió estrellas, comenzó a llamar a los otros con grandes voces diciendo que el cielo estaba estrellado a mediodía y que había un grande eclipse. Santiguáronse todos, y besaron la tierra.

Por último, apareció el reo. Venía acompañado de un sacerdote y rodeado de guardias. Seguía a la comitiva bastante gente. Gastaba el reo barba cerrada, negra y espesa; la hopa que le cubría y el birrete que llevaba en la cabeza, el cual le venía un poco holgado, prestábanle un aspecto lúgubre, espantoso.

Palabra del Dia

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