Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 24 de julio de 2025


Yo, señor Fígaro, era impetuoso y naturalmente inconstante; menos servía, pues, para casado, ni nunca pensara en serlo; pero de resultas del bombardeo de Cádiz murió mi madre, que gozando por sus relaciones de familia de algún favor, hubiera adelantado mi carrera. Otro favor que me hicieron las circunstancias.

Hace activa vida social: viste con elegancia; usa atavíos de colores discretos; conversa con soltura y cierta abundancia, que se le pegó, sin duda, del malogrado orador; y pasa, en fin, entre las niñas, por otra más experimentada, gozando entre las matronas de aquella tierna simpatía que merecen siempre los infortunios prematuros. Resumen de todo lo dicho: es muy simpática la viuda de Esquilón.

Recorrió varias calles gozando este sosiego extraño parecido á un letargo. Su pensamiento y su corazón permanecían quietos. Reinaba un silencio profundo en aquella última hora de la noche. Ni un transeunte se tropezaba por casualidad en las calles. Sólo sus pasos sonaban sobre la acera y de vez en cuando el silbo agudo del pito de los serenos.

Muy temprano se levantó, y a puerta cerrada, solo con Paulina, contó y recontó su dinero, extendiendo sobre la mesa sus cien luises, y gozando como un avaro en hacerlos sonar. ¡Suyo, todo aquello era suyo! es decir, de los pobres. No os apuréis tanto, señor cura decía Paulina; sed económico; creo que distribuyendo hoy unos cien francos... No es bastante, Paulina, no es bastante.

Que le traigan dos dijo el señorito gozando con la idea de ver comer a un hambriento. Jacinta salió, y mientras estuvo fuera Ido hablaba de su mala suerte. «En este país, Sr. D. Juanito, no se protege a las letras.

Hasta el murmullo que hacía esta agua al caer tenía algo de más musical y acordado que el que producen otras, y se diría que aquel surtidor cantaba alguna de las más enamoradas canciones de Mozart o de Bellini. Absorta estaba la lavandera mirando aquellas bellezas y gozando de aquella armonía, cuando oyó un grande estrépito y vio abrirse una ventana de cristales.

Cuando yo lo supe, figúrate cómo me pondría y qué de cosas le diría a ese mal aconsejado niño, porque, no tengas duda, le arrastran los amigotes, y Quilito había dado en la manía de hacerse un Creso de la noche a la mañana... ya ves si tenía yo razón y no era tan pesimista... Antes de decirte nada, intenté allegar recursos, empeñando cuanta antigualla de algún precio y chafalonía guardaba en el armario: hasta mi Virgen de Luján ha ido a casa del prendero; y no bastando esto, ¡qué había de bastar! me fuí a casa de misia Petronila a pedirle un préstamo sobre nuestra casita, y no ha querido... ¿qué hacer? el plazo es tan corto, que no da tiempo para nada; ¿hemos de consentir que un pagaré firmado por Aquiles Vargas vaya a manos de ese hombre? ¡no, por Dios!... he luchado con la idea, he luchado, pero no encuentro yo otra solución: Esteven nos ha robado nuestra fortuna, la que, por delicadeza y por orgullo, no hemos querido reivindicar ante los tribunales, fortuna que ha gozado y sigue gozando... pues bien, llega este caso, desgraciado, fatal, y yo, apretándome el corazón y pisoteando mi amor propio, voy a Gregoria, que dígase lo que se quiera, es nuestra hermana... con él no deseo nada, ni verle... voy a Gregoria y la digo: Mira, yo nunca te he pedido nada, nunca te he molestado en la posesión de lo que nos dejó nuestro padre, pero hoy me pasa esto: Quilito, el hijo de tu hermano y de la hermana de tu marido, que es Vargas y Esteven como y como tus propios hijos, debe esta cantidad, y la honra y quizá la vida le va en pagarla: préstame esa suma, Gregoria, y toma mi casa, lo único que poseemos, en garantía; ya ves que no vengo a pedirte nada, no vengo a que me des nada.

La misma España registra en su historia más revoluciones cuando la prensa estuvo amordazada. ¿Qué colonia se ha hecho independiente teniendo prensa libre, gozando de libertades? ¿Es preferible gobernar á tientas, ó gobernar con conocimiento de causa?

Ya puede V. imaginarse que yo iba gozando como los ángeles en el paraíso, y pendiente de los labios de aquella niña, que al referirme todas las nonadas infantiles de su vida, parecía infundir en mi alma encantada la ciencia de la dicha. Sin embargo, no podía desechar cierta vaga inquietud que turbaba mi alegría.

Esto solía decir ella en brazos de su amante, gozando sin hipocresía, sin la timidez, que fue al principio real, grande, molesta para Mesía, pero que al desaparecer no dejó en su lugar fingimiento. Ana se entregaba al amor para sentir con toda la vehemencia de su temperamento, y con una especie de furor que groseramente llamaba Mesía, para , hambre atrasada.

Palabra del Dia

buque

Otros Mirando