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Actualizado: 14 de julio de 2025
Está abierto el jardín... ¡Cómo invita su olor a subir al azul y olvidar el fangal, lo que tiene de vil nuestra arcilla mortal, lo que pone en la miel de la vida un sabor parecido al cruel de las "flores del mal".
El Calvario. El novenario de las flores. Las dalagas de Lucban. La tagabayan, la tagalabi y la tagalinang. El feudo y el terruño. La sangre celeste y la plebe. La capitana Babae. La melodía del Fausto. Cumplimiento de una oferta. El autógrafo. Lucban como ya dejo dicho es el primer pueblo de la provincia de Tayabas, viniendo de la Laguna.
Es igualmente parecer nuestro que se pueble en el Arroyo de las Flores, que dista del tercero 20 leguas, pues logra la ventaja de ser permanente el agua de este arroyo, y tener una laguna crecida de 6 leguas en circunferencia, buena para toda especie de ganado: pasa por esta el Salado.
Humilde albergue mio: líquidos arroyuelos, hijos de estas montañas despeñados: bosque puro i sombrío: claros y hermosos cielos, eternos reyes de estos bellos prados: árboles empinados, plumajes de colores donde toman las flores su alegre primavera: apacible ribera, claro espejo del dia, ya vuelvo á vuestra santa compañía.
Serías la víctima candorosa de ciertas invenciones poéticas, falsas o exageradas, que deleitan mucho en el día, como, por ejemplo, la famosa Questión de Amor. Indigno de ti y más que ridículo sería que te empeñases en traer a la vida real los ensueños de la fantasía y en convertir las flores retóricas en hechos.
No quiere creer en sus sentidos. Todo ha cambiado, todo está embellecido. El patio, que la lluvia en otro tiempo convertía en un horrible pantano y que durante el verano era un hoyo lleno de polvo, luce entonces un verde césped y parece una pradera cubierta de flores. Las puertas del granero y de las cuadras brillan con un hermoso color obscuro y tienen números pintados de blanco.
Y, lo que pasa cuando uno se ve atendido y festejado por una mujer no desgraciada en casa desconocida, la cubrí de flores, celebrando sus partes en todos los tonos y formas posibles. Ella se mostraba felicísima y me pagaba, en igual o parecida moneda.
Sentía el orgullo de su salud, la certeza de que ésta no podía turbarse en medio de la zozobra creciente que se revelaba en la tristeza de muchos ojos y la palidez de muchos rostros. Era el placer egoísta del que contempla el peligro ajeno desde un lugar seguro. Además, experimentaba una satisfacción animal al apreciar su asiento mullido, el ambiente tibio, las plantas y flores que le rodeaban.
Le llevó hacia la terraza y cruzaron las anchas avenidas del jardín donde las flores ponían toques de encendido color y donde las madreselvas llenaban el aire con su penetrante perfume. Como el primer día, se apoyó Camila suavemente en su brazo y le hizo admirar de una en una, sus plantas y sus flores.
Contemplad la hermosa disposicion interna de ese insigne monumento, el gran patio que le sirve de atrio, con anchos pórticos en las tres bandas de norte, oriente y poniente, fuentes para el alguado y las purificaciones, y frescas alamedas de naranjos y palmeras enlazados al pié por bien dispuestas plantaciones de flores; luego el magestuoso buque de la inmensa casa de oracion, sencillamente compartido en once largas naves, que dirigiéndose de norte á sur, se cruzan en ángulo recto con veinte y una naves menores que van de oriente á occidente; luego la elegante é ideal combinacion de esas arquerías en que las pilastras se sobreponen á las columnas, y unos arcos á otros arcos, dejando paso á la luz entre la columnata superior y la inferior, como remedando la arquitectura los atrevidos juegos gimnásticos de las ágiles caravanas del desierto; luego la sabia y ligera forma de esas once riquísimas techumbres de alerce, labradas, pintadas y doradas, que recuerdan al que las mira las sutiles armaduras de las voladoras naves sirias con que conquistó otro Moavia á las Cícladas, á Rodas y á Sicilia; luego, finalmente, el misterioso y recóndito santuario donde se guarda el Koran, en cuyo recinto ha agotado el arte oriental toda la riqueza de sus recursos fascinadores.
Palabra del Dia
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