United States or Lesotho ? Vote for the TOP Country of the Week !


Lo tengo tan presente, que si fuera pintor podría hacer su retrato de memoria y con los ojos cerrados: petizón, piernas cortas, movible como una ardilla, muy cabezón, largos cabellos ensortijados y una frente ancha y espaciosa que revelaba todos sus talentos.

De pie en aquella triste altura, vió de nuevo su aldea nativa en la vieja Inglaterra y su hogar paterno: una casa semi-derruida de piedra obscura, de un aspecto que revelaba pobreza, pero que conservaba aún sobre el portal, en señal de antigua hidalguía, un escudo de armas medio borrado.

En estos siete años que habían transcurrido, fué la niña para el mundo un jeroglífico viviente en que se revelaba el secreto que ellos de tal modo trataron de ocultar: en este símbolo estaba todo escrito, todo patente de un modo sencillo, á haber existido un profeta ó un hábil mago capaces de interpretar sus caracteres de fuego.

Era hombre en apariencia joven todavía, aunque había ya cumplido los cuarenta años; bastante alto; la tez morena, la fisonomía agradable, palabra grave y andar lento, con cierta dejadez, y en todo su aspecto cierta severidad elegante. Vestía blusa y llevaba polainas al estilo de los campesinos cazadores. Su rica escopeta, tan sólo, revelaba al hombre acomodado.

Y aquí todos los argumentos conocidos en favor de la emancipación social de la mujer, expuestos con un orden que revelaba la frecuencia de ese género de disertaciones. Luego, empezó a hacerme preguntas sobre la Europa, hasta que el conductor vino a decirle que la cama baja del compartimento frente al mío, separado simplemente por el corredor de una vara, estaba a su disposición.

Entonces Ester, trémula y convulsa, apretó con la mano el signo fatal, como si instintivamente quisiera arrancárselo del seno. ¡Tan intensa fué la tortura que le causó la acción de aquella criaturita! Y como si la agonía que revelaba el rostro de la madre, no tuviera otro objeto que divertirla, la niñita fijó las miradas en ella y se sonrió.

Su boca de duras líneas y apretados labios no suavizaba por cierto la severidad del semblante, que revelaba al hombre familiarizado con el peligro y dispuesto siempre á combatirlo.

Su actitud revelaba tanta dignidad como inocencia. Era la agredida, y no sólo podía serenarse más pronto, sino responder a la ofensa con desdén soberano y aun con el perdón mismo. La otra sintió, por el contrario, tremendo peso dentro de . ¡Ay, su acción descompuesta y brutal le gravitó en el alma como si la casa se le hubiera desplomado encima!

Otros quedan sepultados en las cumbres lívidas y al primer deshielo, sus compañeros entierran piadosamente los restos de aquel que les muestra cómo acaba la triste ruta de la vida. Don Salvador era uno de esos hombres; su voz, ligeramente ronca, revelaba que había pasado más de una noche terrible entre los hielos.

Aquél no le había escrito ni una sola carta, faltando a su solemne promesa. ¡Ingrato! ¿Qué le costaba poner dos letras diciendo, por ejemplo: Estoy bueno y te quiero siempre? Pero nada, ni siquiera esto... Revelaba estas tristezas a su única confidente, Aurora, en aquellos ratos de charla sabrosa que las señoras mayores les permitían.