United States or Djibouti ? Vote for the TOP Country of the Week !


Francisco presentaba una a una las flores a la señora Liénard, quien las iba disponiendo artísticamente en los jarrones, combinando los matices y variando de sitio las flores según su forma y su tamaño. Poco a poco los iris violados, las blancas madreselvas y los miosotis iban surgiendo gentilmente de entre una corona formada de rosas y de narcisos.

Unas treinta casitas, con tejados de madera cubiertos de obscuras siemprevivas, se alinean a lo largo del Sarre; de ellas se ven los mojinetes llenos de yedra y de madreselvas marchitas pues ya se acerca el invierno , las colmenas cerradas con haces de paja, los jardinillos, las empalizadas y los setos que separan unas viviendas de otras.

Había callejas pobladas de graciosas y aromáticas flores, en cuya multitud pastaban rebaños de abejas y mariposas; había grandes zarzales llenos del negro fruto que tanto apetecen los chicos; había grupos de guinderos, en cuyos troncos se columpiaban las madreselvas, y había también corpulentas encinas, grandes, anchas, redondas, hermosas, oscuras, que parece se recreaban contemplando su propia sombra.

Dentro de aquellos vergeles nada se oía más que el sonar de las cascadas o los silbos de los mirlos y ruiseñores que buscaban el nido entre los sauces y madreselvas; por las almenas nada cruzaba, y sólo se veía brillar dudosamente alguna luz en este o aquel ajimez en los encumbrados camarines del palacio: ¡oh Abenzeid, qué impaciencia! ¡qué inquietud!

Este estaba rodeado por una espesa cerca, y al fondo había un banco cubierto de yedras y madreselvas. Se veía en verdad una abertura en la cerca, pero quedaba cerca de la casa, y alguien que estuviera bajo aquel techo de follaje no podría ser visto desde afuera.

Le llevó hacia la terraza y cruzaron las anchas avenidas del jardín donde las flores ponían toques de encendido color y donde las madreselvas llenaban el aire con su penetrante perfume. Como el primer día, se apoyó Camila suavemente en su brazo y le hizo admirar de una en una, sus plantas y sus flores.

Estas eran dulces quimeras e ilusiones presuntuosas del amor sin experiencia. Hoy he querido ver todo eso, pero la magia de los hermosos días ha desaparecido. La casa ha sido abandonada a nuevos propietarios, y éstos, sin consideración alguna, han devastado sus parterres y arrancado sus madreselvas. No han respetado nada de lo que ella amaba; ¡lo que ella amaba! ¿acaso lo saben esas gentes?

Paséate por el campo, y la pródiga naturaleza te dará mil variedades de rosas y mirtos silvestres, enredaderas, amapolas, lirios, madreselvas, violetas y jazmines. ¿Deseas frutos?

Hablaron todavía un buen rato en la terraza, donde, en medio de un suave crepúsculo, esparcían las madreselvas su penetrante perfume; después, ya casi completamente oscurecido y cuando comenzó a mostrarse la luna por encima de los bosques, levantóse Delaberge para despedirse y Simón Princetot hizo lo mismo. ¡Buenas noches, señores! dijo la señora Liénard.

Al decir esto, me señalaba por las ventanas del salón las hermosas alamedas de nuestro parque, los viejos castaños en flor, las lilas y las madreselvas cuyo aroma embalsamaba el ambiente. En la antesala encontré al jardinero y su familia, todos tristes y silenciosos, y mirándome como si quisieran decirme: No se marche usted, señorito; no nos abandone.