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Actualizado: 9 de junio de 2025
Este hombre se desangra como un buey, y es preciso, ante todo, tratar de contener la hemorragia. Sí, señor replicó vivamente el medicucho, ¡la hemorragia! esa es la verdadera palabra. Felizmente, todo lo tengo previsto. He aquí un frasco de agua hemostática, preparada según la fórmula de Brocchieri; yo la prefiero a la de Lechelle.
Eso, felizmente, nadie lo sabía; bueno era protegerle en su desgracia, pero no mostrarse con él. Si no voy a ir por la calle Florida, tiíta Silda, es para darle algo... y no quiero hacerlo delante de usted por no avergonzarle... En la esquina le despacho. Eso es otra cosa. Y levantando la voz, añadió: ¡Que les vaya bien!
Esta respuesta encendió el ánimo de Muza, i lo alentó á conseguir presa tan fácil; i así, habida licencia del Califa, ordenó que el caudillo Taric con escogida caballería desembarcase en las opuestas costas andaluces, para reconocer la tierra. Con quinientos caballeros árabes i en cuatro barcos grandes pasó el estrecho de Hércules, i aportó felizmente á las marinas españolas.
Primero los cuidados mercenarios del ama, luego la hipocresía del convento, después la inútil compañía de un aya extranjera, más tarde la libertad de los salones, las emociones del teatro, la tentación por el espectáculo del mal.... Y rara vez, interrumpió el cura, el ejemplo de la virtud. Felizmente Josefina es una de esas naturalezas que repugnan instintivamente lo torpe.
La trompa hizo oír a lo lejos su queja melancólica como un débil suspiro... De repente atravesó la calle y se deslizó entre las patas de los caballos un grueso reptil de larga cola y los dos caballos, asustados, hicieron una huida. Carlos permaneció firme en la silla, pero Eva fue arrancada violentamente de la suya y cayó al suelo, felizmente algodonado de musgo.
Pero al día siguiente no salió de casa esperando los padrinos de Maza, los cuales, felizmente para éste, no parecieron. El desafío y la actitud de don Rosendo, tuvieron, sin embargo, consecuencias provechosas para la población. Gracias a nuestro héroe nació en ella la afición a las armas. Muchos de sus habitantes más distinguidos comenzaron con ahinco a cultivar la esgrima.
En resumen, la lucha terminó felizmente, porque los ingleses comprendieron la imposibilidad de represar al Santa Ana, a quien favorecían, a más de los tres navíos indicados, otros dos franceses y una fragata, que llegaron en lo más recio de la pelea.
Si bajo ciertos aspectos la poblacion belga está felizmente dotada, hay en su seno un hecho deplorable que no puede ménos que serle seriamente funesto, si no se buscan remedios eficaces: hablo de la increíble abundancia de conventos y comunidades religiosas, muy arraigados en el país, en posesion de considerables riquezas v en gran parte apoderados de la enseñanza.
Todos estos pensamientos atravesaron rápidamente el espíritu de la señorita Nancy en su orden habitual, entre el momento en que se advirtió al señor Godfrey Cass de pie en la puerta, y aquel en que llegó junto a él. Felizmente, el squire también salió a recibirles y dirigió ruidosos saludos al padre de Nancy.
Claro está que así que don Germán regresó a España, la primera persona que visitó en Madrid fue al antiguo y fiel dependiente que tantas veces le había llevado de niño al colegio. En su casa fue donde Tristán y Clara se conocieron y entablaron las relaciones amorosas que estaban a punto de consolidarse tan felizmente con la bendición nupcial. ¿Cómo van las obras del cuarto? preguntó Reynoso.
Palabra del Dia
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