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Actualizado: 28 de junio de 2025


Suponed ese archipiélago de mil formas en contraste, rodeado, cortado por laberintos de mil direcciones y por innumerables lagos azules y dormidos; mil cascadas caprichosas que se precipitan sobre los valles de lo alto de rocas tajadas y estupendas, en brillantes remolinos entre cuyas espumas vagan las gasas tornasoladas del arco íris; rios saltadores ó de pérfida mansedumbre, de color gris al pié de los nevados y de un azul trasparente en las regiones bajas; bancos inmensos de hielo, ondulosos y resplandecientes de blancura, que parecen mares mediterráneos de cristal trepados sobre las montañas en momentos de grandes cataclismos, donde imperan el silencio, la soledad y la tristeza; vastas alfombras de verdura, frescas y matizadas de mil flores y tintas diversas, y en derredor barreras colosales de granito y caliza, en cuyas cimas se cierne el águila imperial ó saltan el ciervo de enorme cornamenta y el gamo fugitivo por encima de los abismos; barreras que encierran tantas hermosuras, escondiéndolas á la vista del viajero que no penetra hasta el fondo mismo del laberinto.

¡Ay de la vírgen morena que al pié de la ingente roca contra la que brava choca, rompiendo espumas la mar, sin miedo acercarse mira la nave que blandamente, mueve la brisa indolente la azul llanura al rizar!

Las olas se estrellaban furiosas en tales obstáculos con fragor tremendo, reventando en espumas, alejándose y volviendo furiosamente a la carga. ¡Atención al paso, Van-Horn! gritó el Capitán, que se había puesto pálido. ¿Hay escolleras delante? preguntó el piloto con la voz ligeramente alterada. No. Confiemos en que se podrá pasar.

De sus espumas brotaba la claridad fosforescente acusando la presencia de los millones de millones de seres que allí habitan, con el mismo sosiego que nosotros en la tierra, a pesar de su vertiginosa marcha por los espacios. El monstruo dormía debajo del manto obscuro de la noche, tranquilo y feliz como un niño, a quien no agitan tristes ensueños.

No hay que tomarlo así, hombre. Son cosas de la vida. El chico ha muerto donde murieron todos nuestros parientes, donde moriremos nosotros. Todo es cuestión de más pronto o más tarde... Pero ahora, a lo que estamos; a pensar que somos unos pobres. Y preparando dos nudos corredizos apresó el cuerpo del atún y lo llevó a remolque de la barca, tiñendo con sangre las espumas de la estela.

A los lados del barco el agua producía un murmullo, interrumpido por el estruendo de algún golpe de mar: cuchicheo misterioso y monótono. Las espumas, fosforescentes sobre el lomo negro de las olas, parecían tritones luminosos que nos perseguían jugando. Pasamos por delante de la playa de las Animas. Bisusalde y las casas de Izarte, próximas al acantilado, se veían a la luz de la luna.

A él debió éste sus mayores victorias. El generalísimo Ra-Ra fué mi abuelo. Cuando las mujeres hicieron lo que ellas llaman la Verdadera Revolución, mi glorioso ascendiente, á pesar da su vejez y de su historia heroica, fué desterrado á una isla desierta, cerca de la gran barrera de rocas y espumas, creada por los dioses, que nadie se atreve á pasar. Allí murió al poco tiempo.

Una tromba de agua y pedrisco no causaría más daño en un sembrado: la mar alborotada arrojando sobre la tierra sus espumas amargas no infundiría más espanto. Todo cae, todo huye, todo grita delante de su furor indomable. Los de Lorío, aterrados, apenas pueden resistir breves instantes.

Allá abajo se veían las oscuras olas del Pacífico batir las concavidades de la roca, produciendo sonoros truenos, al mismo tiempo que heridas por un rayo de luna, olas y espumas brillaban como chispas de fuego, como puñados de brillantes que arrojase al aire algun genio del abismo. Miró en derredor suyo. Estaba solo.

Las espumas, luego de elevarse junto a la proa formando dos surtidores de leche pulverizada, resbalaban por los costados en grandes redondeles semejantes a los anillos de luz sideral. Corrían de proa a popa las aguas removidas, dos ríos verdes, agitados, tumultuosos, abiertos en la inmovilidad azul del Océano.

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