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Actualizado: 24 de junio de 2025


Cristianos y muslimes parecen olvidados de sus respectivos destinos: malgastan aquellos en sus discordias intestinas el fecundo calor que solo debian emplear en la santa empresa de la reconquista, y embotan en luchas fratricidas el noble sentimiento de religion y patriotismo que inspiró á sus mayores la generosa protesta de Covadonga; los mahometanos por su parte desperdician tambien en interminables guerras de partidos la energía que comunicaba antes á sus corazones el precepto de la guerra santa, y ocupados en sofocar sediciones, celebran paces cuando á sus reyes conviene con los enemigos del Islam.

Despues vinieron los del pueblo de Santo Tomé, y asimismo los de San Borja, y despues los de casi todos los demas pueblos del Uruguay, excepto los de San José y San Carlos: y así habia junto cuatro ejércitos de soldados, y se esperaba que restaurarian todo el negocio, á no haber sucedido que las discordias domésticas otra vez dividiesen é hiciesen desparramar como agua á tan numerosos ejércitos antes que se juntasen.

La irresolución y las dolencias de Enrique IV, la conducta disipada de la reina, las discordias de ambos cónyuges, y las consiguientes parcialidades de los grandes, convirtieron á la corte y al reino en un teatro de anarquía, en el cual apenas tenían cabida la ilustración y la cultura.

Si todos fueran como , Gabriel me dijo don Diego pronto acabarían las picardías que estamos viendo. ¿Durarán las Cortes hasta el mes que viene, señor de Valiente? preguntó la de Rumblar. Durarán algo más, señora. A no ser que los franceses envalentonados con nuestras discordias, entren en Cádiz, y hagan con todos los que aquí estamos un picadillo.

España, pobre, desgarrada por discordias civiles, sin dominio y sin influjo en lo exterior, se había transformado de repente en la primera nación del mundo, y Fray Miguel, que en sus verdes mocedades había aspirado a llenarle de su ama, como trovador y como guerrero, tenía entonces que confesarse asimismo, en amargo vejamen, que ni como devoto fraile, con oraciones y súplicas, había contribuido a tan maravillosa transformación y a tan no prevista ni imaginada grandeza.

52. Ya habia entrado Octubre, cuando compuestas algunas discordias y desconfianzas que los indios tenian entre mismos se juntaron finalmente las tropas de los pueblos, y el dia 4 se presentaron delante del enemigo, y enviándole á Gomez Freire unas cartas, le declararen la última resolucion, que era defender valerosamente las tierras de sus antepasados, y por tanto que se volviese en paz á su casa, y que tuviese para sus cosas, dejándoles á ellos lo que era suyo: y que si él deseaba tanto la paz (porque como habia informado por varios correos, queriendo engañar los indios, decia que él jamas habia venido

Aún no hace veinticuatro horas que hemos tenido el gusto de raptaros, y ya hay entre nosotros discordias y malas inteligencias. CLEOPATRA. ¡Qué insolente! ¿Os figuráis acaso que por el mero hecho de enarbolar ese garrote con la rodilla blanca tenéis derecho a decir porquerías? Señora, bien se ve que tenéis un noble corazón, y me tomo la libertad de pediros un gran favor.

Una contradanza de gobernadores y una hornada de altos funcionarios se habían hecho indispensables en aquellos días; y como las vacantes eran menos que los diputados ministeriales, hubo entre éstos disgustos, discordias y desavenencias, ya por razón de despecho, ya por razón de estómago; cundió la indisciplina, y de la noche a la mañana se halló el Gobierno en grave riesgo de perder la mitad de sus huestes.

Menéndez de la renovación social, del desenvolvimiento político, de la organización y pujanza, de los bríos que casi de repente se muestran en Aragón y en Castilla unidos, y del salto milagroso, porque, á mi ver es inexplicable, con que una nación, presa de las discordias civiles, rota y desbaratada, y al parecer, pobre y débil, se alza de súbito á ser la envidia y la admiración de los demás pueblos de Europa, amenazándolos con su hegemonía y haciendo que el sueño de una monarquía universal, en no remoto porvenir, no fuese completo delirio.

Hasta el día en que nació este sentimiento en el misterio de su alma, nunca había mostrado preferencia por ninguno de los clérigos que servían la parroquia; antes bien juzgaba con severidad las de sus compañeras, que eran motivo de rivalidades y discordias entre partidarias del uno ó del otro padre.

Palabra del Dia

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