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Convenia aprovechar el tiempo; Morillo se estacionaba en cuarteles de invierno, y la ocasion era propicia para la reconquista; leve fué el descanso concedido á la tropa, que Bolívar llevó inmediatamente por el camino de Morcote hácia la cordillera, logrando desalojar, sin grande esfuerzo, á la avanzada que defendia la formidable posicion de Paya el dia 27 de Junio y comenzar el paso de la Serrania.

A raiz de la reconquista estableciéronse en Sevilla numerosas comunidades monásticas de ambos sexos, muchas de ellas no tardaron en construir sus casas y templos, y otras por lo pronto, adaptarían á sus necesidades los edificios que los monarcas les donaran.

Este orientalismo es tan español y tan poco oriental, que á raíz de la última reconquista se manifiesta esplendorosamente en prosa y en verso en nuestra literatura española y nace del concepto fantástico, transfigurado y hermoso, que la mente de los vencedores crea y forma de las costumbres, usos, pasiones y cultura del pueblo á quien ha vencido.

Has contemplado en su estado primitivo y en su genuina destinacion el mas precioso monumento que refleja en su largo curso el tranquilo y magestuoso Guadalquivir; vas á verlo ahora en las transformaciones que sucesivamente ha ido sufriendo desde la reconquista hasta venir al estado en que hoy se encuentra. No se dice con fijeza en qué dia empezó la mezquita purificada á tener destino de catedral.

Nos limitaremos á contraponerle las siguientes afirmaciones: Que durante toda la Edad Media la España cristiana fué el pueblo más tolerante de toda la cristiandad: Que cuando venían cruzados á ayudarnos en la Reconquista, era menester echarlos ó luchar contra ellos, para que no matasen ni robasen á todos los judíos y mahometanos, faltando á los pactos y á la fe jurada: Que la sabiduría muslímica y rabínica y sus filósofos y doctores, en vez de ser perseguidos por los monarcas cristianos de España, hallaron con frecuencia en sus cortes protección y refugio contra las fanáticas persecuciones, ya de algunos califas de Córdoba, ya de los almoravides y almohades, en la época de las tremendas invasiones africanas: Y en fin: que esa sabiduría se difundió y se dió á conocer en el resto de Europa por medio de los cristianos españoles, arzobispos, obispos y sacerdotes casi siempre, que tradujeron, comentaron y explicaron los textos arábigos y hebráicos.

Y desfilaban por el oratorio cinematógrafo, la cueva de Covadonga; un árbol fantástico de la Reconquista «donde el guerrero colgaba su espada, el poeta su arpa, etc., etc.», pues todos acudían a colgar cualquier cosa; los siete siglos de batallas por la cruz, plazo algo largo, mediante el cual fue expulsada del suelo español la impiedad sarracena.

Tal vez le sería fácil su reconquista viéndolo á solas; pero el otro, como si presintiese el peligro, había dicho que sólo volvería á visitarla en otra casa y en presencia de su esposo. La voz con que afirmó esto y su mirada revelaban una voluntad inconmovible.

La de los santos mártires Fausto, Januario y Marcial, que se llamó luego de S. Pedro; la de los santos patronos de Córdoba Acisclo y Victoria, y la de Sta. Olalla extramuros de la ciudad. Asi debió suceder con las de S. Andrés, Sta. Marina, la Magdalena, S. Lorenzo, Santiago, S. Nicolás de la villa, y las demas que creemos existían antes de la reconquista. Véase la lámina Iglesia de Sta. Marina.

Llegamos á Cabra, tan famosa por su sierra , por su nava , por su sima , por su origen griego , por su antigüedad romana, por sus obispos, por sus condes, por las sangrientas contiendas de su detentador D. Juan Ponce de Cabrera con la órden de Calatrava, por la dura esclavitud que un rey de Granada impuso á todos sus moradores, por la reconquista y cesion á D.ª Leonor de Guzman que de ella hizo el rey D. Alonso XI; y me preguntas asombrado dónde está su poderoso castillo.

Cuando veo a los cadetes, cambiaría a gusto con cualquiera de ellos, entregándoles mi báculo y mi cruz. ¡Y tal vez lo hiciese mejor que todos ellos! ¡Ah! ¡si volviesen aquellos tiempos de la Reconquista, en que los prelados salían a matar moros! ¡Qué gran arzobispo de Toledo hubiese hecho yo...!