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Actualizado: 24 de junio de 2025


Finalmente, habiendo llegado á las primeras Rancherías, halló aquella gente constante en sus primeros intentos, y sólo hubo que hacer en allanarles una grande dificultad, y era quitarles las discordias y ponerlos en paz; porque entre las otras perversidades á que los incitaba el enemigo infernal, era una irritar á unos contra otros y sembrar discordias entre ellos para tener ganancia de almas.

Vino César sobre Córdoba y la ganó: aqui fue donde recibió el homenage de casi todos los pueblos de la Bética, aqui donde vió rendido á sus plantas á su enemigo Varron, aqui donde terminó en medio de los aplausos de todo un reino la primera y la mas gloriosa de todas sus campañas. Retoñaron algun tiempo despues las discordias civiles.

Entre godos eran solo estas discordias i semejantes á las de dos fieras que despues de darse favor para conseguir una presa, i despues de conseguirla riñen furiosamente con propósito cada cual de hacerla suya. Ni eran despreciados, ni oprimidos.

D. Tomás Cortés: natural de Huesca, Canónigo de aquella Iglesia; del Obispado de Jaca fue trasladado al de Teruel, y tomó posesión de esta Silla en 5 de Noviembre de 1614; gobernó este Obispado con mucha prudencia y paz en medio de algunas discordias que ocurrieron entre los pueblos: murió en Huesca el 9 de Diciembre de 1624 y fue sepultado en el presbiterio de la Iglesia de San Lorenzo en la que había fundado un priorato y raciones.

Impotentes fueron el Obispo, el Cabildo, las autoridades y el mismo Conde de Benavente, que intervinieron en la contienda, para poner fin á aquella terrible lucha, que fomentaban las discordias civiles. San Juan de Sahagún, más feliz que las autoridades, se interpuso entre los combatientes, y logró atraerlos á una concordia

Son en la guerra tan esforzados y valientes como los Chiquitos, y antiguamente eran una misma nación, y por las discordias se dividieron, de donde les vino el corromper el idioma Chiquito; y la idolatría, que no tienen los Chiquitos, la aprendieron de las naciones confinanters, como también el ser caribes ó comedores de carne humana.

Los jueces de Teruel fueron nombrados por elección popular, hasta que Don Fernando el Católico, bajo pretesto de que aquellos funcionarios no tenían fuerza para dominar los bandos y discordias que había en la ciudad, y entre esta y las aldeas, decidió que en lo sucesivo fueran de nombramiento real.

De sus armarios salían las ropas para los pobres; de su despensa los comestibles para los desvalidos; de sus trojes el grano para los labradores arruinados; costeaba médico y botica; por su precepto, iban los niños a la escuela; con su prudencia enfrenaba discordias, desvanecía rencores, y añadiendo a la limosna que puede dar el rico la compasión que solo siente el bueno, siempre y para todos, tenía piedad en el corazón y consuelo en los labios.

60. No iban las cosas de mejor modo á los indios en el rio Phacido, ó Yaguy, porque ya no solamente estaban discordes entre , sino tambien con el capitan Nenguirú: porque como advirtiese la gente de algunos pueblos que dicho capitan á unos se entregaba totalmente, y á otros nada, le perdieron tambien la voluntad. Tuvieron por este tiempo frecuentes pláticas con los Portugueses, provocándolos siempre á que saliesen á la llanura: pero asegurados por todas partes ellos en las riberas del rio, con montes ásperos, habiendo cortado para murallas troncos, y habiéndose fortificado, se mantuvieron inmobles. No faltaban en los reales de los indios quienes de noche, y otras veces á escondidas, se fuesen á los del enemigo, atraidos con las esperanzas de premios, y á hacer negociacion, la que prometia abundante el enemigo: y como todos los de los pueblos fuesen á estas ferias, todos se fingian Miguelistas: era gente de á acaballo, y á los que veian venir á pié, no querian de noche creer los Miguelistas. Estas y otras cosas fueron semilla de muchas discordias entre los ejércitos de los indios, de suerte que alguna vez hubieron de tener guerra civil ó interna. Y finalmente, cundiendo el mal, contagió al ejército, y ya cada uno determinaba volverse á su casa: aunque era obice esto, á saber, que se volverian, y que reclutadas por todas partes mayores tropas de los pueblos de la otra banda del Uruguay, y preparadas armas nuevas, á principios de Enero volverian. Los mas prudentes no aprobaban este proyecto, porque se esponia toda aquella provincia, y todos los ganados, con los estancieros,

Si por huir de él faltábamos a aquellas santas reglas de los perfectos casados, y conveníamos en que cada cual campase por sus gustos e inclinaciones, apuntarían entre nosotros las desconfianzas y las discordias, y con ellas los resabios groseros de la bestia, que, aunque se tapan y se doman, no se extirpan con la educación de la inteligencia.

Palabra del Dia

lanterna

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