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Actualizado: 24 de septiembre de 2025
Como otros muchos hombres, en aquel largo período de anarquía, discordias y guerras civiles, que precedió al reinado de los Reyes Católicos, había buscado por diversos caminos la notoriedad, el poder y la fortuna, y no había logrado hallarlos.
Esta reina virtuosa padeció estremadamente con las discordias suscitadas entre su esposo D. Dionís y su hijo D. Alonso, á consecuencia de la excesiva privanza que el 1.º concedia á D. Alonso Sanchez su hijo bastardo.
Vistió severísimo luto, hizo una vida retirada, y en los veinte años que se siguieron hasta el día en que empieza esta historia, no salió del castillo sino para dar solitarios paseos. En aquellos tiempos, las tierras todas del Rey de Castilla estaban llenas de discordias y alborotos. No había paz ni seguridad en parte alguna, sino robos, sangrientos combates, muertes y estragos.
No es solamente en la Alhambra donde debe ser estudiado el estilo de los árabes; merece ser estudiado en Sevilla, y, mas aun que en Sevilla, en Córdoba, en esa Córdoba medio musulmana aun despues de haber pasado sobre ella la tea de las discordias civiles, la espada de los reyes cristianos, el hacha de las revoluciones y el pico de la ignorancia y la barbarie.
Si hay, pues, estos principios ciertos, seguros, é indubitables, ¿á qué propósito inventar otros para fomento de opiniones? ¿Será creible que Dios nos haya dado luces para hacer demostraciones físicas, matemáticas, y de otras cosas puramente mundanas, y nos haya dexado envueltos entre dudas y discordias sobre nuestra salud eterna?
Además, la calle Ancha obtenía la primacía en la edición y propaganda de los diferentes impresos y manuscritos con que entonces se apacentaba la opinión pública; y lo mismo las rencillas de los literatos que las discordias de los políticos, lo mismo los epigramas que las diatribas, que los vejámenes, que las caricaturas, allí salieron por primera vez a la copiosa luz de la publicidad.
Jamas en su provecho concertaron Los divididos animos briosos, Antes entonces mas los apartaron Quando se vieron mas menesterosos; Y ansi con sus discordias convidaron Los barbaros de pechos codiciosos A venir y entregarse en mis riquezas, Usando en mí y en ellos mil cruezas.
Sí, Mathys, en efecto; esa noticia me hace temblar. Estáis en un error. Esta decisión ha sido tomada a instancias mías, para hacer desaparecer toda causa de desavenencias y discordias, y para estar seguros de tener una vida agradable. Pero, ¿a qué convento la mandarán? Lo ignoro aún, la condesa se encargará de buscarlo. ¿Queréis hacer una monja de Elena? Sin embargo, eso es imposible. ¡Una loca!
Este señor Aviraneta fue el que después adquirió celebridad fingiéndose carlista para penetrar en los círculos más familiares de la gente facciosa y enredarla en intrigas mil, sembrando entre ella discordias, sospechas y recelos, hasta que precipitó la defección de Maroto, preparando el convenio de Vergara y la ruina de las facciones.
Pero el pueblo colombiano, como sucede con todos los pueblos colocados en análogas circunstancias, si bien cediendo á un natural impulso, habia desplegado todas sus fuerzas para sacudir el yugo de la esclavitud, no bien dispuesto aun á recibir la nueva forma de gobierno, poco ilustrado para conocer los medios de aprovecharse de la libertad que habia conquistado, y no comprendiendo el valor de los deberes que adquiria al adquirir nuevos derechos, pronto se vió envuelto en las discordias civiles por no prestarse de buen grado á ellos.
Palabra del Dia
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