Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 22 de noviembre de 2025
No se había atrevido siquiera a pronunciar el nombre de su marido. Cuando llegó a su casa escribió una larga carta a Tristán. Este no le contestó. Entonces la pobre mujer, rechazada y despreciada por todos los deudos y amigos de Reynoso, aislada y avergonzada se dejó marchar por la suave pendiente que delante se le ofrecía.
Había desempeñado algunos cargos de importancia en la administración pública, y había estado a pique una vez de ser nombrado senador ministerial: este era el sueño de su vida; tenía bienes de fortuna, y gozaba mucha consideración entre sus deudos y amigos: para coronar, no obstante, el edificio de su respetabilidad, que piedra sobre piedra había ido levantando con trabajo durante muchos años, faltaba aquel remate; pero lo alcanzaría, no había quien lo dudase; la familia lo esperaba con afán; los amigos lo daban como seguro en un plazo más o menos breve.
Noticiáronlo a su padre, quien sobre dicho cadáver de su hijo, entre deudos y amigos, tributó el justo homenaje de paternal sentimiento y desahogó su pecho con imprecaciones de venganza. Tan lamentable caso escitó la piedad de los sensibles teruelanos, y hasta el mismo esposo de Isabel acudió a la casa de Marcilla para quitar sospecha, y consolar al afligido padre.
Cuando la esposa de Salcedo supo el terrible desenlace del proceso, convocó a sus deudos y les dijo: Mis riquezas han traído mi desdicha. Los que las codician han dado muerte afrentosa al hombre que Dios me deparó por compañero. Mirad cómo le vengáis.
Á esto le respondió Vicaquirao, que si Viracocha Inca lo habia proveido, que lo que de allí habia ganado que lo guardase, que no restituía tan aina los amigos y deudos que allí habia perdido. El señor dijo que ya aquello era hecho, y que en ello no habia que hacer ni hablar, que en acuerdo loco lo habia proveido Viracocha Inca; que le rogaba que le dijese que á qué volvia y qué era su demanda.
Así lo pensaba ella, y gozaba como de una voluptuosidad de las sorpresas futuras que reservaba a sus deudos.
Encariñábanse con sus amigos como si fuesen próximos deudos todos. Contábanse de ellas rasgos de abnegación que las honraba extremadamente. Durante la furiosa reacción del año 1823, uno de sus tertulios, teniente de caballería, se refugió, después de cierta intentona abortada, en su casa.
Porque han de saber ustedes prosiguió después de volver a su asiento , que este periódico ha sido excomulgado desde el altar por don Ventura en misa mayor, con encargo muy encarecido a sus feligreses, de que destruyan cuantos ejemplares lleguen a su poder o vean en el de sus deudos o amigos... Es el demonio el tal Maravillas. ¡Lo que él ha revuelto hoy!
Comprendió que algo grave pasaba. En efecto, el conde de Onís se moría, se iba por la posta, según decían sus deudos. El médico ordenó que le dispusiesen. A las seis de la tarde, cuando ya había oscurecido, las puertas del palacio de Onís se abrieron para recibir al sacerdote portador de la Sagrada Hostia, que venía en el carruaje de la casa.
La infortunada joven sólo esperaba quizás oir una palabra amorosa de los labios de su amante para declararle que, á pesar de todo, deseaba ser suya; pero el iracundo Lope, dejándose arrebatar de la impresión del momento, se alejó para separarse de ella perpetuamente, en la inteligencia de que era despreciado por un rico americano, llamado Don Vela, á quien protegían los deudos de Dorotea.
Palabra del Dia
Otros Mirando