Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 17 de septiembre de 2024
Amparito era la única que estaba seria. ¡Pero cuán desgraciada era! ¡Para ella toda fiesta había de traer el consiguiente disgusto! ¡Allí estaba él...! ¡él! el «posma», aquel Andresito, que de novio era un estúpido, y de amante despreciado y terco una insufrible calamidad.
Su amor había sido despreciado, sus ruegos desoídos, su fe ofendida; la obra de destrucción había continuado más activa que antes, y ella, que había querido impedirla, se consideraba su cómplice. Entonces había reconocido, demasiado tarde, que el camino en que avanzaba debía tener fatalmente una sola salida: persuadida de que su engaño no merecía perdón, había pensado en la muerte.
Un suceso ignoraba Pateta, y también Pepe lo ignoró durante algún tiempo, que contado por aquél a Paz, hubiese podido sumarse al capítulo de culpas hecho contra Tirso: el rompimiento de Leocadia con Millán. Despreciado por ella, puso él los ojos en otra.
Hay también otro tercer amante, despreciado de aquella primera dama, que corría en las primeras escenas las calles de Madrid; y de todos estos amoríos, que se cruzan, dimanan sucesos de todas clases: se confunden entre sí dos damas tapadas, y una escucha desde una puerta inmediata palabras, que, por equivocación, se dirigen á su rival; el galán se esconde, porque oye ruido; es descubierto el segundo, y surge un desafío, interrumpido por la llegada del hermano; y después de otras complicaciones análogas, se desata el enredo de la misma manera que se ha formado, terminando con dos ó tres casamientos, sin contar el del gracioso con la criada.
Ni siquiera Visitación le había hecho caso en su vida; jamás le había mirado con los ojillos arrugados con que ella creía encantar; no era desprecio; era que para las señoras de Vetusta, Bermúdez era un sabio, un santo, pero no un hombre. Obdulia había descubierto aquel varón, pero había despreciado en seguida el descubrimiento.
Nuestro autor ha despreciado siempre esas tendencias á la farsa y á las aprobaciones ruidosas.
La duquesa dió un grito y huyó. Luego oí pasos recatados sobre la alfombra en dirección á la mesa. Entonces, encomendándome á Dios, salí de mi escondite y abrí la linterna. Vi un hombre, y en la tapicería una puerta abierta, una puerta que yo no conocía: aquel hombre cayó de rodillas á mis pies. Aquel hombre era... el hombre más despreciado de palacio, el tío Manolillo: el loco del rey.
En todo caso, corrí gran riesgo de ser despreciado á causa de ese maldito asunto! replicó Marenval con aire ofendido. Así, podéis creer que la cosa me hizo brotar canas... ¿Dónde las tienes? ¿Te las tiñes? ¡Para no exponerlas á enrojecer! Pero, eso sí, cumplí mi deber con la familia de Freneuse, pues me puse á la disposición de la madre del desgraciado y culpable Jacobo.
Nunca había tenido ocasión de acercarse a ella, y aunque la hubiera tenido, tal vez no la aprovechara, porque temía ser despreciado; con la máscara puesta, ya era otra cosa; no estaba embarazado por el miedo; se sentía con fuerzas bastantes para decirle en voz alta: Te adoro, Lucía, te adoro... te adoro... te adoro...
Allá van, sin más arreos que el calzado y bordón del peregrino; ellos son, allá van, arde en deseos su pecho, hoguera del amor divino; ellos, los pescadores galileos, allá van, cada cual por su camino; hombres son de entre el pueblo despreciado y apóstoles de un Dios crucificado.
Palabra del Dia
Otros Mirando