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Actualizado: 16 de julio de 2025
El de la carátula retrocedió para evitar nuevo golpe, y aunque magullado por el que había recibido, sacó de la faja que rodeaba su cintura una truculenta navaja de Albacete, de las de virola y golpetillo, de las que llevan la inscripción: Si esta víbora te pica no hay remedio en la botica;
Se quitó la americana y la camisa, se descalzó y no conservó más que el pantalón, en cuya cintura puso un sólido cuchillo. Después, dijo volviéndose hacia Jacobo, que lo había imitado: Si nos quedamos, arriesgamos el ser cogidos; si huimos podemos ser muertos. No hay que vacilar. Además estaba convenido. ¡Al mar y sea lo que Dios quiera!
Sólo que el pastorcillo era mucho más ágil, y cuando el fraile llegó adonde él estaba, ya en pocos brincos había puesto por medio cuarenta pasos y había desliado la honda de la cintura, y sin saber jota de la historia sagrada preparábase á repetir el lance de David contra el gigantazo de Goliat.
Le pendía de la cintura, como á los militares, como á todos los que representan el orden y pueden pegar. Su carrera fué rápida, y al término de ella le salió al encuentro la gloria.
Casado Felipe IV en 1649 con doña Mariana de Austria, mucho más joven que él y sobrina suya, nació en 1657 el Príncipe Felipe Próspero, a quien, teniendo al parecer dos años, retrató Velázquez. Le colocó en pie, con traje rojo claro adornado de plata, valona lisa, mangas de gasa y delantal blanco, sobre el cual destacan pendientes de la cintura con cordones una campanilla y otros dos juguetitos.
Un ruido vibró en sus orejas, sintió al rededor de las sienes el chasquido de un latigazo, la nube roja reapareció ante sus ojos, volvió á ver los cadáveres de su mujer é hija, y al lado el hombre y el fraile riendo y cogiéndose la cintura. Olvidóse de todo, dió media vuelta y siguió el sendero por donde marchaban aquellos: era el sendero que conducía á sus terrenos.
Penetró en un cuarto desarreglado, con montones de ropa por el suelo y una mesa en el centro, donde la hija primera de los señores de Belinchón estaba aplanchando una camisa en traje no adecuado a su categoría. Un vestidillo raído y un pañuelo atado a la cintura como las artesanas; en los pies unas zapatillas bastante usadas.
Don Carlos sacó de su cintura un revólver, apuntándolo contra el pecho de Manos Duras. Y tu un ladrón de novillos, al que todos tienen miedo no sé por qué. Pero si vuelves á robarme uno de mis animales, este viejo se encargará de hacerte justicia.
El nuevo aperador reía a solas las fanfarronadas de su amo, más atento a recomendarle la dureza y que «metiese en cintura» a los holgazanes que trabajaban sus campos, que a enterarse de las operaciones agrícolas, echando la culpa de las malas cosechas a los gañanes, una canalla que no quería trabajar y deseaba que los amos se convirtiesen en criados, como si el mundo pudiera volverse del revés.
»En ese momento, Juancito, que se había bajado ya, montó de un salto y acercándoseme, me dijo: «Vamos, don Ricardo, no le conteste»; pero yo le dije: «No me insulte, Anastasio, porque le puede costar caro». Al oír esto, se entró rápidamente y volvió a salir, poniéndose el cuchillo en la cintura y con un amador en la mano, diciéndome: » Caro me lo van a pagar ustedes y al mismo tiempo gritaba hacia el interior: ¡Enfréname el bayo!
Palabra del Dia
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