Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 17 de mayo de 2025


Pero si lo eres, ¿por qué has de negar la prosapia? Ni en el reino de Galicia ni en el principado de las Asturias hay un gallego más gallego que ... ¡Tío, cállese usté, que le falto al respeto! Frasquito estaba encendido y colérico que daba miedo á todos menos á su tío. Los circunstantes, temiendo algún paso desagradable, atajaron la disputa rogando al señor Rafael que no le exasperase.

Rafael quiso hablar otra vez de su arrepentimiento, de aquel deseo de arrodillarse ante la casa para pedir mudamente perdón a la que dormía arriba, pero Leonora le atajó de nuevo. Cállese usted; habla muy fuerte y podrían oírle. Mi tía duerme al otro lado de la casa, tiene el sueño ligero... Además, no quiero oír nada de remordimiento y perdón.

Disparar contra una plaza durante algunos meses cañonazos y más cañonazos, meter dentro de ella granadas como cabezas y permanecer tan sosegada, durmiendo a pierna suelta como si le echasen bolitas de papel. Cuando el general le soltaba algún requiebro a quemarropa, Mariana sonreía bondadosamente. Cállese usted, pícaro. ¡Buen pez debió usted de haber sido en sus buenos tiempos!

Se limpia la casa cuando vienen el teniente alcalde y el médico del Ayuntamiento con sus bastones de borlas, y se ha de dejar sucia cuando viene el... Pero cállese usted hombre, por amor de Dios esto se lo decía al ciego de la guitarra, que habiéndose enterado de la presencia de la señora, quiso que esta conociera la suya, y se acercaba tanto, que al fin parecía querer meterle por los ojos el mango del instrumento.

Cállese usted... Guillermina puso cara de consternación y dio algunos pasos, vacilando como una persona que se va a caer. Tiempo hacía, mucho tiempo, que la insigne fundadora no se había encontrado en compromiso semejante. Sentíase atada y sin libertad, y esto la ponía fuera de , destruyendo aquella serenidad soberana que normalmente tenía.

¡Cállese usted, hombre! exclamó la señora riendo. Á usted hay que meterlo en salmuera para que no se pierda. Está visto, D.ª Feliciana no puede enfadarse conmigo. Y así era la verdad. El espíritu de aquella señora guardaba en sus adentros notables afinidades con el del jugador. Ambos se comprendían admirablemente.

¡Cállese usted! ¡No sea usted estúpido, hombre! ¡Chis, chiis, chiis! Al fin callaron todos y pudo oírse la fogosa melodía de Verdi, interpretada con singular delicadeza. La voz femenina que salía por los entreabiertos balcones rasgaba la atmósfera acuosa del exterior vibrando con fuerza por el ámbito de la plaza y yendo a perderse en las encrucijadas de la villa.

Y crea usted que no me alegro por interés... ¿Para qué quiero yo el dinero? Para nada. Me alegro por tener el hijo de la casa, y esto no me lo quita nadie. Ni con latines ni sin latines me lo quitan. ¿Verdad, señora? Usted está ahora de mi parte. Y ella también está ahora de mi parte, ¿verdad? Cállese la boca. Porque yo necesito que alguien me quiera de firme.

También le irritó el automatismo de aquellos soldados, que indudablemente le habían entendido; pero eran incapaces de oír mientras no oyese su jefe. Quiso lanzar por segunda vez el insulto, pero no pudo. Alguien le tiraba del brazo; una cara se pegaba á la suya, hundiendo en sus ojos una mirada de espanto. ¡Pierrefonds! ¡Amigo mío! ¿Está usted loco? ¡Por Dios, cállese!

Enfrente don Víctor, un poco alegre, fingía enamorar a Visitación y recitaba versos de sus poetas adorados y repetía hasta parecer un martillo: ¿Qué delito cometí para odiarme, ingrata fiera? quiera Dios... pero no quiera que te quiero más que a . Por Dios y por las once mil... cállese usted, Quintanar decía la Marquesa.

Palabra del Dia

cambios

Otros Mirando