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Actualizado: 18 de mayo de 2025


Y Alejandro acabó de derribar todos los soldados de mi ejército, mientras yo, pensativo, vacilante en la bondad de mi causa, dejaba hacer, sin atreverme a tomar la ofensiva. Aquella noche me costó dormirme; era día entrado ya, cuando me desperté en medio del sobresalto de un sueño en que me veía amarrado a un árbol, y en momentos de ser fusilado por el señor de la tienda.

Pero puedo atreverme a lo que temo y desafiar los recelos de la materia. La noche llega.... El disco plateado de la luna empieza a brillar en los cielos. Nunca el pie de un mortal vulgar ha manchado las nieves sobre las cuales andamos durante la noche sin dejar ninguna huella.

A la tercera llegué hasta el rellano de su propio piso, pero me quedé delante de su puerta, sin atreverme a llamar. Me pasaba a lo mismo que a Querubín: No me atrevía a atreverme. Pero a la cuarta noche, juré acabar de una vez y no ser por más tiempo tan necio y tan cobarde.

He de permitirme, no obstante, hacer algunas observaciones, y aun de atreverme a aconsejarte y amonestarte, pues aunque novicio y más joven que , soy como el apoderado y representante del sapientísimo Padre Ambrosio, en cuyo nombre hablo.

Lo que yo he hecho por usted... no creí nunca poder atreverme a hacerlo.... Usted no sabe lo que es, no ha de saberlo nunca, porque me da vergüenza decirlo.... Yo soy muy desgraciado; nadie me ha querido nunca, y yo no le encuentro sustancia, verdadera sustancia, a nada de este mundo más que al cariño.... Si me gusta la música tanto es por eso, porque es suave, porque me acaricia el alma; y ya le he dicho a usted que su voz de usted no es como las demás voces; yo no he oído nunca y va de nuncas una voz así; las habrá mejores, pero no se meterán por el alma mía como esa; otros dicen que es pastosa... yo no entiendo de pastas de voces; pero eso de lo pastoso debe de ser lo que yo llamo voz de madre, voz que me arrulla, que me consuela, que me da esperanza, que me anima, que me habla de mis recuerdos de la cuna... ¡qué yo!, ¡qué yo, Serafina!... Yo siempre he sido muy aficionado a los recuerdos, a los más lejanos, a los de niño; en mis penas, que son muchas, me distraigo recordando mis primeros años, y me pongo muy triste; pero mejor, eso quiero yo; esta tristeza es dulce; yo me acuerdo de cuando me vacunaron; dirá usted que qué tiene eso que ver.... Es verdad; pero ya le he dicho que yo no hablar.... En fin, Serafina, yo la adoro a usted, porque, casado y todo... no debía estarlo.

Su marido la observaba con disimulo y en sus ojos brillaba una chispa maliciosa. Vaya, vaya dijo frotándose las manos . ¡Cuánto me alegro de que nos hayamos entendido! Yo sin atreverme a decirte que no tenía ninguna gana de ir a Madrid, y sacrificándote por proporcionarme una sociedad más escogida. Elena levantó los ojos y dirigió una rápida mirada recelosa a su marido.

Tiene 6.000 habitantes dije sin atreverme a levantar los ojos. Un poco menos que Aiglemont respondió la abuela sin fijarse lo más mínimo en mi confusión. Me gustan esos pueblos pequeños... Las costumbres son en ellos apacibles y honradas... No por qué me pareció sorprender un relámpago de satisfacción en la mirada que me echó al cerrar la puerta... 2 de febrero. Descarrilo, positivamente.

Hice dos o tres observaciones, para ver si cambiaban de lugar, y salí de la habitación. Luego, con el corazón palpitante, esperé media hora, encerrada en mi cuarto y contando los minutos antes de atreverme a volver.

Y tomando el sombrero y sin despedirse de nadie, se fue a escape a su casa devorado por la impaciencia, y rompiendo el sobre con mano temblorosa, leyó la carta que sigue: «Mi queridísimo Ricardo: Hace ya tiempo que deseo comunicarte un pensamiento que me preocupa, sin atreverme a ello.

Pensaba que para eso había venido y jamás ocasión más propicia se me presentaría. Estábamos solos, la casualidad nos colocaba exactamente en la situación que tenía elegida. La mitad de la confesión estaba ya hecha. Uno y otra alcanzábamos un grado de emoción que nos colocaba en aptitud de atreverme mucho a y de oírlo todo a ella.

Palabra del Dia

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