Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 6 de junio de 2025


Su cara se puso blanca, sus delgados dedos nervudos se agitaron de nuevo y la contorsión que estremeció las comisuras de su boca, demostraron cuán profunda e intensa había sido la impresión que le había producido la mención de su sobrenombre. ¡Ah! exclamó. Blair me ha traicionado, entonces me ha jurado en falso, después de todo. ¿Eso les dijo a ustedes, eh? ¡Muy bien!

Sus ojos adivinaron en los de su interlocutor algo que él mismo no había pensado nunca. El teniente pareció transfigurarse, creciendo hasta quedar al nivel del príncipe. Brilló su mirada con el mismo resplandor fulvo que la del otro; todo su cuerpo se arqueó con la tensión de un muelle que va á saltar; las alillas de su nariz se agitaron nerviosamente.

Uno permaneció mudo, por más que los artilleros improvisados se agitaron en torno de él; otro, al disparar, se acostó de lado por haberse roto una de sus ruedas, aplastando á los que pilló debajo. El tercero funcionó normalmente, y su proyectil, en vez de tocar al coloso, echó á pique dos de los barcos que estaban á la carga.

Muchos de ellos agitaron en lo alto estos cascos, y el conde les respondió tremolando su gorra. Los marineros rubios de la goleta gritaron, contestando á las aclamaciones de sus camaradas de los sumergibles: «¡Deutschland über alles!...» Pero este entusiasmo en medio de la soledad del mar, que equivalía á un canto da triunfo, duró muy poco.

Por un instante sus labios se agitaron; parecía querer hablar, pero las palabras se paralizaron en su garganta en un rumor sordo. ¡Qué terrible silencio reinaba en derredor nuestro!

¡Es preciso no olvidar las impresiones de terror o de piedad que agitaron las entrañas de las mujeres romanas, durante el tiempo que llevaron en ellas a aquellos hombres! ¡Es preciso calcular cuan amargada sería por las lágrimas la leche de que mi madre misma me nutría, mientras la familia sufría un prolongado cautiverio del que sólo la muerte debía librarla, mientras el esposo adorado estaba sobre las gradas del cadalso y ella permanecía encerrada en su desierta casa, guardada por los feroces soldados que espiaban sus lágrimas considerando su cariño como un crimen e insultando su dolor!

Viéndola tambalearse, Fabrice corrió a sostenerla, depositándola suavemente sobre el rústico asiento; sus risas callaron, poco a poco se agitaron sus miembros en los esfuerzos de la convulsión, y al fin yació desmayada. ¡Nos había escuchado!... ¡Todo lo sabía! murmuró el pintor como hablándose a mismo. Tornóse a Pierrepont, inmóvil a dos pasos, pálido cual un cadáver en su ataúd.

Sus largos cabellos grises se agitaron, sus pálidas y contraídas mejillas se estremecieron y sus ojos despedían relámpagos. En aquel momento Catalina parecía hermosa, hermosa como la anciana Margarita de la que había hablado Yégof. Hullin le tendió la mano en silencio, sonriendo de entusiasmo, y dijo: ¡Perfectamente, perfectamente!... En la familia somos siempre lo mismo.

Los rostros pintarrajeados de los cómicos, sus trajes vistosos, los acordes carnavalescos de su charanga, que tronaba en la plaza, agitaron el espíritu, hasta allí tranquilo, de la joven, con un viento de libertad.

A sus primeras palabras, todos los que conservaban alguna energía se agitaron bajo la luz humosa del único farol. Cesaron los quejidos. Se hizo un silencio de sorpresa, de pavor, como si estos moribundos pudiesen temer algo más grave que la muerte. Al oír que iban á quedar abandonados á la clemencia del enemigo, todos intentaron un movimiento para incorporarse; pero los más volvieron á caer.

Palabra del Dia

metropolitanos

Otros Mirando