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Actualizado: 2 de mayo de 2025
Procuró éste con dulcísimas palabras y mucha afabilidad mitigar el odio de la madre y ganarla el ánimo, á fin de poder bautizar al niño; mas todo fué en vano, porque el demonio hablando por boca de una mujer en todo suya, no menos por la infidelidad que por la lascivia, y vomitando contra el Misionero y contra aquel Santo Sacramento tantas injurias y blasfemias cuantas diría un dementado en lo más ardiente de sus furias, exhortaba á la madre no permitiese lavar á su hijo en las santas aguas del bautismo; porque le sucedería lo que á otra madre mal aconsejada, que ofreciendo su hijo para ser bautizado, lo mismo fué caer sobre el niño el agua santa, que salir de esta vida.
La señorita Guichard, teniendo á Herminia como escudo contra el resentimiento de los dos hombres, se volvió hacia Mauricio y dijo: Y usted, pobre amigo, ¿podrá perdonarme todo lo que le he hecho sufrir? Estaba mal aconsejada ... Me han empujado en el sentido á que me inclinaba, en lugar de contenerme ... Pero me doy cuenta de mi error y ¡quisiera á toda costa repararle!...
No, por cierto, sino que lo hace por el estorbo que le dará mi presencia cuando quiera poner en ejecución sus malos deseos; ni penséis que la ha movido a mudar religión entender ella que la vuestra a la nuestra se aventaja, sino el saber que en vuestra tierra se usa la deshonestidad más libremente que en la nuestra''. Y, volviéndose a Zoraida, teniéndole yo y otro cristiano de entrambos brazos asido, porque algún desatino no hiciese, le dijo: ¡Oh infame moza y mal aconsejada muchacha! ¿Adónde vas, ciega y desatinada, en poder destos perros, naturales enemigos nuestros? ¡Maldita sea la hora en que yo te engendré, y malditos sean los regalos y deleites en que te he criado! Pero, viendo yo que llevaba término de no acabar tan presto, di priesa a ponelle en tierra, y desde allí, a voces, prosiguió en sus maldiciones y lamentos, rogando a Mahoma rogase a Alá que nos destruyese, confundiese y acabase; y cuando, por habernos hecho a la vela, no podimos oír sus palabras, vimos sus obras, que eran arrancarse las barbas, mesarse los cabellos y arrastrarse por el suelo; mas una vez esforzó la voz de tal manera que podimos entender que decía: ¡Vuelve, amada hija, vuelve a tierra, que todo te lo perdono; entrega a esos hombres ese dinero, que ya es suyo, y vuelve a consolar a este triste padre tuyo, que en esta desierta arena dejará la vida, si tú le dejas! Todo lo cual escuchaba Zoraida, y todo lo sentía y lloraba, y no supo decirle ni respondelle palabra, sino: ''Plega a Alá, padre mío, que Lela Marién, que ha sido la causa de que yo sea cristiana, ella te consuele en tu tristeza.
Desprendido del seno de una revolución mal aconsejada como la de 1.º de Diciembre, él es el único que sabe justificarla con la victoria; arrebatado de la cabeza de su ejército por el poder sublime del gaucho, anda de prisión en prisión diez años, y Rosas mismo no se atreve a matarlo, como si un ángel tutelar velara sobre la conservación de sus días.
«¿Quién la había traído allí? No lo sabía. Iba a confesar con cualquiera y sin saber cómo se encontraba a dos pasos del confesonario de aquel hermano mayor del alma, a quien había calumniado el mundo por culpa de ella y a quien ella misma, aconsejada por los sofismas de la pasión grosera que la había tenido ciega, había calumniado también pensando que aquel cariño del sacerdote era amor brutal, amor como el de Álvaro, el infame, cuando tal vez era puro afecto que ella no había comprendido por culpa de la propia torpeza».
Y, puesto en pie en el barco, con grandes voces comenzó a amenazar a los molineros, diciéndoles: -Canalla malvada y peor aconsejada, dejad en su libertad y libre albedrío a la persona que en esa vuestra fortaleza o prisión tenéis oprimida, alta o baja, de cualquiera suerte o calidad que sea, que yo soy don Quijote de la Mancha, llamado el Caballero de los Leones por otro nombre, a quien está reservada por orden de los altos cielos el dar fin felice a esta aventura.
Por desgracia, esta deseada y aconsejada superposición no había llegado a verificarse, aunque Rafaela a menudo la apetecía.
Gracias respondió la aconsejada, pagando con un beso en cada mejilla de la consejera otros dos que ésta le había estampado en las suyas, con las últimas palabras del consejo, como si hubiera querido pintárselas allí para que no las olvidara. ¡También Leticia! ¿Era aquello una burla o una pesadilla?
Palabra del Dia
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