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Cuando conocemos perfectamente la verdad, nuestro entendimiento se parece á un espejo en el cual vemos retratados con toda fidelidad los objetos como son en ; cuando caemos en error, se asemeja á uno de aquellos vidrios de ilusion que nos presentan lo que realmente no existe; pero cuando conocemos la verdad á medias, podria compararse á un espejo mal azogado, ó colocado en tal disposicion que si bien nos muestra objetos reales, sin embargo nos los ofrece demudados alterando los tamaños y figuras.

Los personajes todos de la época, retratados en caricatura, dan mayor realce al discurso, y la intención perversa que en cada comentario campea, pinta el espíritu de un bando político que era en aquellos días, si no la mayoría, parte grande y granada de la Nación española.

Había un gran comedor, otro comedor pequeño para diario y varios salones de respeto, que no se abrían sino en las ocasiones solemnes, y donde, entre otras preciosidades, D. Acisclo, sus hijos, hijas, yernos y nueras, todos resplandecían retratados al óleo, de tamaño más que natural, y casi de cuerpo entero, por un pintor ambulante que acertó a pasar por Villafría, y que llevó una onza de oro por cada retrato.

El capítulo titulado "La Aduana," que sirve de introducción á la novela, destinado por Hawthorne á que formara una especie de contraste con el cuadro sombrío de la historia, gracias á la ligereza de las pinceladas y al buen humor que en él reinan, realizó perfectamente el fin apetecido; pero en la época en que se publicó, su inocente desenfado concitó contra el autor las iras de algunos de los ciudadanos de Salem, que creyeron verse retratados á lo vivo en los bosquejos de empleados de quienes ya nadie se acuerda.

Fuera de esto, observan rigurosísimos ayunos y abstinencia perpetua de ciertos animales y frutas, singularmente de la granadilla, que vulgarmente llamamos Flor de la Pasión, por estar retratados en ella los instrumentos de nuestra Redención. Ni se contentan los demonios de ser reverenciados de sus sacerdotes con ayunos y penitencias; antes bien, mandan hacer rigurosos ayunos á todo el pueblo.

En casi los veintitres de su Pontificado, no hubo día que dejara señalado con los rasgos mas brillantes de las virtudes propias del Obispado, hallándose retratados en tan digno Prelado todos los caracteres retratados en la carta del Apóstol a Timoteo; su espíritu verdaderamente apostólico estuvo siempre solícito del bien de la Iglesia; desposado con la de Teruel por su ordenación y consagración, nunca quiso dejarla, renunciando la mitra de Jaén y de Palencia que le fueron ofrecidas, y solamente se vio obligado a ansentarse de su silla, por la causa pública de la Religión y del Estado, a la Córte de Madrid a donde Fernando VI le llamó, nombrándole inquisidor general de las Españas y Comisario general de la Cruzada, sin olvidar por esta separación la solicitud de su amada Iglesia de Teruel, como los primeros años de su residencia en ella, tomando noticia exacta de todas las necesidades públicas y particulares de su diócesis, aplicando los remedios oportunos en todo lance y favoreciendo siempre todas las piadosas empresas que animaba con sus facultades.