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Debo advertir que este es el tratamiento que se da, entre la gente del pueblo de este país, por los yernos y nueras, á las suegras. La vieja del segundo piso, sin dejar de clavar las rabas, al conocer la voz de su nuera, contesta de muy mala gana: ¿Qué se te pudre? ¿Tiene un grano de sal pa freir unas bogas? No tengo sal. Salú es lo que no había de tener usté refunfuña la mujer del Tuerto.

La condesa viuda, llena de santa y dulce resignación, tuvo pronto una muerte ejemplar y cristiana. Durante algunos días reinó muy lúgubre animación en el castillo. A recoger los últimos suspiros de la egregia dama había acudido la mayor parte de sus hijos, yernos y nueras.

6 [Entonces] se levantó con sus nueras, y se volvió de los campos de Moab: porque oyó en el campo de Moab que el SE

Fueron de la expedición los hijos, yernos, hijas, nueras y nietos de D. Acisclo, el cura, el médico, doña Luz, doña Manolita y Pepe Güeto, y otras varias personas. Los que no cupieron en los vehículos de ruedas, fueron a caballo o en burro. El P. Enrique llegó bien y fue recibido con vivas por aquella turba, en el andén de la estación. En el lugar fue un triunfo su entrada.

14 No visitaré sobre vuestras hijas cuando fornicaren, ni sobre vuestras nueras cuando adulteraren, porque ellos ofrecen con las rameras, y con las malas mujeres sacrifican; por tanto, el pueblo sin entendimiento caerá. 15 Si fornicares [], Israel, [a lo menos] no peque Judá; y no entréis en Gilgal, ni subáis a Bet-avén; ni juréis: Vive el SE

La exposición seria y concienzuda que nos hizo del carácter de cada uno de sus yernos y nueras duró cerca de una hora. El catalán, cuando lo juzgó conveniente, hizo de la capa almohada y se tendió a lo largo, y no tardó en roncar. Yo me vi obligado a escucharle largo rato aún, si bien a la postre concluí por pensar en mis asuntos, dejándole despacharse a su gusto.

A más de esta sociedad cotidiana, no se negaba doña Luz a asistir a otras de más ancha base. Los hijos, hijas, nueras y yernos de D. Acisclo, con crecida y numerosa prole, sus consuegros y consuegras, compadres y comadres, formaban una caterva con quien era menester alternar.

La primera idea de la impetuosa María Teresa fue comprar un revólver e ir matando por turno a los hijos y las hijas de su marido, a más de yernos y nueras, sin perdonar a los nietos. ¡Raza maldita! ¡Ladrones! ¿Y para esto había sacrificado los primeros años de su juventud a un viejo tonto, renunciando al amor?... Pero no; él era bueno y la quería.

Había un gran comedor, otro comedor pequeño para diario y varios salones de respeto, que no se abrían sino en las ocasiones solemnes, y donde, entre otras preciosidades, D. Acisclo, sus hijos, hijas, yernos y nueras, todos resplandecían retratados al óleo, de tamaño más que natural, y casi de cuerpo entero, por un pintor ambulante que acertó a pasar por Villafría, y que llevó una onza de oro por cada retrato.

8 Y Noemí dijo a sus dos nueras: Andad, volveos cada una a la casa de su madre: El SE