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En las relaciones de su tráfico tuvo ocasión de tratar con un guapo mestizo, y con él y algunos cuartos dió fondo en los soportales de San Fernando, abriendo al público y á sus muchos amigos una tienda de sinamais y otras telas. La india industrial difiere de la rica en que aquella tiene actividad por días mientras que á esta constantemente la domina la pereza.

El brillo de otros siglos les atrae con su espejismo, pero llegan con retraso al llamamiento. Ustedes son los guerreros de un pueblo que forzosamente ha de vivir en paz; como los seminaristas son los futuros sacerdotes de un país en el que ya no se hacen milagros, ni hay fe, sino rutina y pereza de pensamiento.

Sentía, una pereza irresistible cuando sus aficiones pretendían empujarle, como en otros tiempos, á las compras incesantes. No; mejor estaba allí... Y allí, era siempre el estudio de Julio. Argensola trabajaba en presencia de don Marcelo. Sabía que el viejo abominaba de las gentes inactivas, y había emprendido varias obras, sintiendo el contagio de esta voluntad inclinada á la acción.

Pereza del espíritu. Como el ejercicio de las facultades intelectuales y morales necesita la concomitancia de ciertas funciones orgánicas, la pereza tiene lugar en los actos del espíritu como en los del cuerpo. No es el espíritu quien se cansa, sino los órganos corporales que le sirven; pero el resultado viene á ser el mismo.

Aquella felicidad que saboreaba De Pas como un gastrónomo los bocados, aquella libertad, aquella pereza moral que el verano hacía más voluptuosa para su cuerpo robusto, los sueños vagos de amor sin nombre, la deliciosa realidad de ver a la Regenta a todas horas y mirarse en sus ojos y oírla dulcísimas palabras de una amistad misteriosa, casi mística, hacían desear a don Fermín que el sol se detuviera otra vez, que el tiempo no pasara.

En blandas camas, entre juego y vino Hallase mal el trabajoso Marte; Otro aparejo busca, otro camino, Otros brazos levantan su estandarte; Cada qual se fabrica su destino; No tiene aqui fortuna alguna parte; La pereza fortuna baxa cria, La diligencia imperio y monarquia.

El hombre, efectivamente, se contenta muchas veces con las cosas tales cuales las encuentra, por no darse a buscar otras, como se figura acaso difícil encontrarlas; una vez resignado por pereza, se aficiona por costumbre a lo que tiene y le rodea; y una vez acostumbrado, tiene la bondad de llamar constancia a lo que es en él casi naturaleza.

Las aves huyen de él; los animales, Oyendo su estruendo, sin pereza Caminan, no parando apresuradas, Y con temor las colas enroscadas. Despues está Guaira, ciudad enferma, Y que por Malgarejo fué poblada. Mas él, podrá decir cierto Belerma, De mi para mi mal fué engendrada.

En esta sección hablaremos de empréstitos, de intrigas, de favor... en una palabra, lo que corre... a la dernière siempre. De costumbres. Por supuesto: malas: lo que hay: escribiremos como otros viven sobre el país. Fígaro hablará, bajo este título, de paciencia, de tinieblas, de mala intención, de atraso, de pereza, de apatía, de egoísmo. En una palabra, de nuestras costumbres. Anuncios.

Las privaciones indispensables justifican la pereza natural, y la frugalidad en los goces trae en seguida todas las exterioridades de la barbarie.