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Por esto, muchos Ghúlmenes, ó hijos de caciques, no quieren tener vasallos, costándoles caro, y sirviéndoles muy poco. Ningun indio, ó cuerpo de ellos puede vivir sin la proteccion de algun cacique, segun la ley de aquellas naciones, y si algunos de ellos se atreviesen á hacerlo, le matarian, ó cautivarian al punto que fuese descubierto.

Era yo demasiado feliz; debía conocer el verdadero dolor... Te confieso que en el primer momento casi sentí alegría: una alegría egoísta de madre. ¡Prisionero! Esto representaba la seguridad de su existencia; ya no me lo matarían en un combate aéreo; ya no estaba en peligro de morir despedazado ó quemado debajo de su aparato roto. ¡Pero luego!...

No es mal muchacho, aunque haya dado un mal golpe... Si todos aquí fueran como él, nuestro oficio no sería duro... Se podría tener humanidad... Pero la mayor parte, milord, son buenos mozos que le matarían á uno si no tuviera el revólver en la cintura... ¿Se cansa usted de hablar con él? Me le llevaré... Un instante, dijo Tragomer con calma.

Al contrario; hay que temerles, Cornelio, y haremos bien en huir. Pero ¿adónde? Nos alcanzarán, señor Van-Stael dijo el piloto . Con esas grandes velas tienen que correr más que nosotros. Nos dirigiremos a la costa. ¿A las islas del Estrecho? ¿Estás loco, viejo lobo? Los habitantes de ellas son peores que los papúes, y nos matarían en seguida. ¿Entonces a Nueva Guinea?

Con estos antecedentes a la vista y lo que sabes de mis gustos e inclinaciones, ¿podrá chocarte lo más mínimo que con los enumerados elementos de diversión que hay en Peleches, y a ti te matarían de pesadumbre, me pase yo las horas sin sentirlas?

Don Gonzalito diría: ¡Yo quiero los ojos! ¡Y cómo le habían de chascar bajo los dientes! ¡Y se matarían disputándoselos! Los huesos serían para los canes. Los canes no comen a los amos. ¿Y pueden los hijos comer a los padres, mi señor? ¡A me comieron el corazón! Aun cuando lo arrancaren del pecho con los dientes, vuelve otro a nacer. Retoña como un verde laurel... ¡No hay que tener miedo!

Lo que todos vinieron á concluir, reconocida esta tierra de la bahia de San Julian, y sus malas calidades, es que por allí no pueden habitar los indios por falta de leña, miel, caza, &a. sino que viven muy retirados; y discurrieron, que el sendero estrecho que siguió el Padre Cardiel cuatro jornadas es, ó de los Auracanos de Chile, ó de los Puelches y Peguenches, que vendrán tal cual vez por sal, de que carecerán en su país, á la laguna grande, ó á las otras de la cercanía de la bahia; y que este año moriria allí algun principal de ellos, para cuyas exequias matarian dos de sus mugeres y sus caballos, para que les hiciesen compañía en la otra vida, segun cree su ceguedad, y por el mismo motivo enterrarian con él todas sus alhajuelas.

Iba ya a subir por una de las pértigas, cuando el Capitán le detuvo. Aguarda dijo . Algunos habitantes pueden haber bajado; pero es posible que haya otros arriba, y te matarían con sus flechas envenenadas. Antes quiero asegurarme de que no hay nadie. Y, dicho esto, sacudió violentamente dos de los horcones de bambú.

Tambien me informó dicho D. Nicolas del Puerto, que en ocasion de hallarse en Chiloé, y en el estrecho de Magallanes, en un brazo de mar que entra tierra adentro, sacando los españoles de un navio que se le perdió, un indio de aquella tierra, á quien tomó aficion, le comunicó, con gran encargo del secreto, que por esta parte de la Cordillera habia un pueblo de españoles; pero que los indios no querian que se supiera, y que si sabian que él lo habia descubierto á algun español, lo matarian sin duda.

Corriente contestó. Pero lo que es usted, Raséndil, se queda aquí cuidando a la Princesa. Los ojos de Sarto brillaron. ¡Eso es, eso es! exclamó. Así burlaríamos los designios de Miguel cualquiera que fuese el resultado de nuestra empresa. Al paso que si usted tomase parte activa en ella y lo matasen, como matarían también al Rey ¿qué sería de todos nosotros?