United States or Saint Helena, Ascension, and Tristan da Cunha ? Vote for the TOP Country of the Week !


Su tío, fray Espiridión Febrer, prior de Santo Domingo, gran lumbrera de la época, había sido su maestro, y «la Greca» podía escribir en su idioma a los corresponsales de Oriente que aún mantenían con Mallorca un mortecino comercio. Jaime encontraba con su vista algunos lienzos más allá distancia que representaba el paso de un siglo , otro retrato de hembra famosa de la familia.

El semanario del partido dedicaba un artículo todos los años a los sobresalientes y premios de honor del «aprovechado hijo de nuestro distinguido jefe don Ramón Brull esperanza de la patria que ya merece el título de futura lumbrera».

En esta vida retraída y afeminada agravose la nativa timidez de su carácter, su sensibilidad delicada se hizo enfermiza, su genio sombrío y receloso. Y lo más lamentable era que, sin ser una lumbrera, estaba dotado de clara inteligencia y poseía una penetración frecuente en los hombres reservados y tímidos.

» ¡Salud a ti, Sigfrido, lumbrera victoriosa! ¡Salud, vida triunfante! »Ellos no lloran, Teri, y se muestran grandes y serenos en su despedida, no porque son hijos de dioses, sino porque tienen una confianza de niños, una fe ingenua y sana en la eternidad de su amor.

Una hora después tenía que subir al púlpito, en la catedral, a predicar un sermón de los de tabla, ¡y sin embargo acudía antes a dar las Pascuas a su amiga doña Petronila! «¡Qué hombre! ¡qué ángel! ¡qué pico de oro! ¡qué lumbrera!». El descrédito de don Fermín no había llegado al círculo de doña Petronila; allí nadie dudaba de la virtud del Provisor, nadie la discutía.

Las dos hijas estuvieron hasta los catorce años en un colegio y Rafaelito fue dedicado al estudio, pues doña Manuela v quería hacer de él una lumbrera médica como su padre. Estas predilecciones irritaban a don Juan, que había sentido un afecto fraternal por su primer cuñado, trabajador infatigable como él y amigo del ahorro. Además, Juanito era su ahijado.

Penetraron, pues, en el recinto del tiro y fue recibido por los tres o cuatro parroquianos que allí había con muestras de respeto como una lumbrera del arte. Tristán dio claras pruebas de que merecía este honor metiendo ocho balas seguidas a voz de mando en un pequeño círculo del tamaño de un duro.

Obdulia comprimió un chillido de mal género. Doña Petronila, extática, con la boca abierta, exclamó por lo bajo: ¡Qué hombre! ¡Qué lumbrera! Sin gran esfuerzo aparente, con soltura y gracia, el Magistral suspendió en sus brazos el columpio, que libre de su prisión y contenido en su descenso por la fuerza misma que lo levantara, bajó majestuosamente.

», me reputan de lumbrera científica, porque he penetrado un poco más que otros de mis compañeros en los misterios del organismo humano; porque cuando tomo el pulso del enfermo suelo adivinar el mal que padece; porque he tenido en ocasiones la suerte de curar ciertas dolencias que otros más ignorantes que yo tenían por incurables.

Manolita decía de él que era un chico simpático, aunque vulgarote, y Rafael, el famoso adorador de la tuna, tratábale siempre con un aire de desdeñosa protección, como si tuviese empeño en recordarle de continuo el abismo existente entre una futura lumbrera de la ciencia y un «gozquecillo» de mostrador. Melchor correspondía a este desprecio con una antipatía profunda.