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Esta sería, a mi juicio, la única manera práctica de que los ciudadanos hiciéramos valer nuestros derechos. Cinco duros por voto, y si los candidatos no aceptaban, iríamos a la huelga. Y no me hable usted de inmoralidad. El hecho de que usted cobre sus artículos no quiere decir que usted venda sus ideas.

El teniente contestó que podíamos atacarlos y vencerlos, porque estábamos bien armados; pero no quería hacer una carnicería inútil, y que, si nos desembarcaban en cualquier punto, nosotros nos iríamos, dejando el tesoro de Zaldumbide. Poco después, el cocinero Ryp vino con la misma proposición; también quería las cajas de Zaldumbide.

Nada seguramente. Nos casaríamos, y acto continuo nos iríamos a Jerez, para que conociese a sus amigas y a sus tíos. ¡Qué susto llevarían todos al verla del brazo de un caballero, y mucho más, cuando supieran que este caballero era su marido! Estaba tan linda, tan graciosa, que no pude menos de pedirle con vehemencia que me permitiese darla un beso. No fue posible.

¡Qué horror! exclamó Valle, poniendo los ojos en blanco y posándolos después blandamente sobre Eulalia. En efecto dijo D. Bernardo, es muy triste todo eso, pero de absoluta necesidad. ¿Dónde iríamos a parar si no se castigase con mano fuerte la rebelión? Que se castigue de otro modo señó; la pena de muerte debe ser proscrita de los códigos.

Tampoco pretendo llevar mis escrúpulos hasta el extremo de suponer que Nieves me agasaja solamente porque me necesita; pues si tan delgado lo hiláramos en el mundo, ¿adónde iríamos a parar, ni en qué pondríamos nuestros afectos que los creyéramos bien colocados?

En el piso de la cazuela hay una confitería, y a esta confitería pueden entrar los hombres. ¡Ah, y quisieras...! Déjame concluir, Charito. Iríamos juntas , Lucía Moreno y yo. Julio se acercaría como un amigo común... Basta, eso de no lo conseguirás nunca. Atiéndeme, Charito. Es inútil, no insistas.

Luego que concluimos de comer, llamamos á nuestra linda servidora, pagamos, nos levantamos y nos despedimos, empeñando palabra formal de que iriamos á comer con mucha frecuencia. En esto sale una señora de grande cara, de tez muy morena y vellosa, de pecho enorme, de vientre más enorme aún, pequeña, aplastada, casi roma, de tal manera, que más que mujer parecia una bola, una urca, una abutarda.

A esto respondió dicho Comandante, diciendo que á lo menos, cuando no se hiciese el todo de la comision, iriamos hasta la Sierra de Casuatí, de lo que se le daria gran complacencia al Señor Gobernador y Capitan General, como asimismo se evitarian otros nuevos gastos en concluir: porque no quedando que hacer otro reconocimiento que el de Salinas; este se hace á poco costo, respecto de corresponder á hacer viage á estas el año venidero.

Llevábamos un ancla pequeña de cuatro uñas, atada a una cuerda, y un achicador consistente en una pala de madera para sacar agua. Iríamos dos remando y uno en el timón, y nos reemplazaríamos para descansar.

Eso de gobernar es oficio de las mujeres. ¿Adonde iríamos á parar si nosotros, con nuestra inexperiencia, nos metiésemos á dirigir las cosas públicas?... Y los que pedían más crueles castigos para la revolución de los hombres eran los hombres. En cambio, había mujeres que permanecían en silencio, como si temiesen hacer pública su opinión sobre este suceso.