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Pero esta noche te declaro aquí que no conseguirás de ni un penique más de la suma que se te paga ahora todos los meses. Para sellar mis labios interrumpió. Y vi en sus negros ojos un relámpago maligno, criminal. No necesitas tenerlos sellados más tiempo replicó de un modo abiertamente desafiador. Yo misma voy a manifestar la verdad, y poner así fin a este brillante plan tuyo de chantaje.

¡Pero es bien triste...! exclamó su esposa en el colmo de la contrariedad. ¡Tristísimo! respondió él haciendo esfuerzos para no reír . Pero es mejor resignarse, porque no conseguirás más que disgustarte y que te haga daño la comida. Elena siguió a medias el consejo.

Comprende que cuando me he decidido á afrontar tu presencia, es que me sentía seguro de mismo. No conseguirás hacerme montar en cólera, porque me importan poco todas las injurias. Renuncia, pues, á provocar un escándalo y resígnate. Estoy aquí y, como dijo un ilustre hombre de guerra, aquí me quedo.

Con tu vida trabajosa y santa, no sólo borrarás hasta las últimas señales de esta caída sino que después de perdonarme el mal que te he hecho, conseguirás del cielo mi perdón. No hay lazo alguno que conmigo te ligue; y si lo hay, yo le desato o le rompo. Eres libre. Básteme el haber hecho caer por sorpresa al lucero de la mañana; no quiero, ni debo, ni puedo retenerle cautivo.

No me preguntes nada; no conseguirás saberlo... Deja las palabras; son inútiles... y aunque me jurases por la memoria de nuestros padres... ; por nuestros padres... balbucea Martín con alegría. ¿Por qué no he pensado en ello más pronto? ¡Déjalos tranquilos en su tumba! replica Juan con su sonrisa odiosa.

Haz un esfuerzo y lo conseguirás... Yo soy tu padre... Los señores de Quiñones te han recogido en su casa... pero yo soy tu padre... ¿lo entiendes? , Luis, te entiendo. Te han recogido, porque yo soy tan malo que te he entregado a ellos en vez de tenerte conmigo. Ahora no te entiendo, Luis. no eres malo. eres bueno y me quieres.

Y todavía me quedan otras tres o cuatro. ¿Pero qué crees que contesta a mis proposiciones? «Madre, dice, si vuelves a acometerme con eso, conseguirás no volver a verme.» ¿Hase visto jamás? No faltaría más que una cosa: que, después de Marta, tomara todavía a su hermana, y entonces a su vieja y bondadosa madre no le quedaría más que morir. A propósito, ¿dónde se ha metido hoy la señorita?

Terminaba el piloto su carta con las súplicas de siempre: «¿Por qué te empeñas en seguir en el mar?... Deseas una venganza que es imposible. Eres un hombre solo, y tus enemigos son millones... Vas á morir si persistes en desafiarlos. Ya sabes que te buscan hace tiempo, y no siempre conseguirás librarte de ellos.

Esa es grilla, esa es grilla replicó Antoñuelo . , con tus sutilezas y mentiras, quieres volverme tarumba; pero no lo conseguirás. Te burlas de porque me crees bobo. No quiero callar. Aunque me pongas el dedo en la boca, te morderé y no callaré. En adelante no quiero ser tu juguete. Quien te conozca, que te compre. Me han abierto los ojos. Ya te conozco. Eres una tramoyana y una perdida.

En el piso de la cazuela hay una confitería, y a esta confitería pueden entrar los hombres. ¡Ah, y quisieras...! Déjame concluir, Charito. Iríamos juntas , Lucía Moreno y yo. Julio se acercaría como un amigo común... Basta, eso de no lo conseguirás nunca. Atiéndeme, Charito. Es inútil, no insistas.