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Para evitar estos inconvenientes aconsejan que estas peregrinaciones se hagan hasta los quince años, con un buen Maestro que dirija al joven viandante, como lo hacia MENTOR con TELEMACO. A la verdad esta especie de viage en edad tan tierna podrá servir para instruirse en las lenguas, en lo demas nada. I. capítulo 25.

Piense que el marqués tratará con nosotros como padrino, y por ser experto en esto de los duelos tal vez dirija el combate. El estanciero empezó á reir, dando nuevos golpes en las piernas de su amigo. Fué tal su risa, que en ciertos momentos se llevó una mano á la garganta como si temiera ahogarse.

El joven parecía petrificado; miraba la tumba como si hubiera querido volver a abrirla con los ojos, y el viento le subía el cuello de la capa militar por arriba de las orejas. El pastor le palmeó suavemente el hombro: Señor barón, ¿quiere permitirle a un viejo que le dirija algunas palabras?

Hay que habituarse á él con lentitud, no querer aspirarlo expresamente. Poco á poco, sin apercibirse de ello, en los abrigados repliegues del terreno, jugando con su hijo, respirará usted libremente y sus pulmones se ensancharán. Empero, al principio, no permanezcan mucho tiempo en la playa, antes bien dirija sus pasos al interior de la comarca. La tierra, su amiga habitual, la llama á usted.

Soy yo, su viejo amigo, el más desgraciado, el más respetuoso de todos sus amigos. No tenga usted miedo; no tema nada, ni siquiera que le dirija ningún reproche. En París estaba loco, pero el viaje me ha cambiado. Soy un padre que viene a consolarla. No se mate usted; ¡yo me moriría! Aquí se detuvo, se calló y escuchó. No oía más que los latidos de su corazón.

La égloga primera de Encina, representada, según dice su título, en la noche de Navidad, es un diálogo sencillo entre dos pastores, sin relación inmediata con el objeto de la fiesta, aunque uno de ellos dirija á la duquesa de Alba algunas estrofas en nombre del poeta acerca del nacimiento de Cristo. Más vida ofrece ya la segunda.

Señorita le dice sentándose y afectando un aire de gravedad bastante equívoco , permítame que le dirija las más respetuosas felicitaciones... Se casa usted con uno de mis mejores amigos... un perfecto caballero... y una excelente persona de quien hará usted cuanto usted quiera.

Una negra que lo había servido en su infancia se presenta a ver a su Facundo; la sienta a su lado, conversa afectuosamente con ella, mientras que los sacerdotes, los notables de la ciudad, están de pie, sin que nadie les dirija la palabra, sin que el jefe se digne despedirlos.

La introducción natural, el vestíbulo del Océano para prepararse á conocerlo como es debido, es la melancólica corriente de los ríos del Noroeste, los dilatados arenales del Mediodía ó las landas de la Bretaña. Cualquiera que por una de estas tres vías se dirija al mar, quedará muy sorprendido de la región intermedia que lo anuncia.

Prometed, prometed, sin explicaciones, sin condiciones. Está bien; lo prometo... ¿Vais a responder francamente, por o por no, a las preguntas que os dirija? Responderé. ¿Os han dicho que yo mendigaba en las calles de New-York? , señora, me lo han dicho. ¿Y que había sido amazona de un circo ambulante? Me lo han dicho, señora. ¡Sea enhorabuena!