United States or Dominica ? Vote for the TOP Country of the Week !


MÁXIMO. ¡Ah, pobre chiquilla! Lo que te anuncié... ¿Apuntan ya las seriedades de la vida, las amarguras, los deberes? ELECTRA. Quizás. Noto en tu rostro una nube de tristeza, de miedo... gran novedad en ti. ELECTRA. Quieren anularme, esclavizarme, reducirme a una cosa... angelical... No lo entiendo. No consientas eso, por Dios... Electra, defiéndete. ELECTRA. ¿Qué me recomiendas para evitarlo?

Pedro Carvallo ardió, pues, en cólera al oír y ver a Morsamor, y le replicó de esta suerte: Mi encuentro contigo, no será ni quiero que sea suave, pero me será grato. Tiempo ha, que me tienta el demonio con el prurito de matarte, y ahora me ofrece la ocasión más propicia. ¡Defiéndete, miserable! Y Pedro Carvallo desenvainó la espada y se puso en guardia adelantándose hacia Morsamor.

Varias veces se llevó la diestra á la parte trasera de su pantalón, tocando un bulto prolongado y metálico. Esperaba el anochecer para realizar cierta idea que se le había fijado entre las dos cejas como un clavo doloroso. Mientras no la realizase no estaría tranquilo. La voz de los buenos consejos protestó: «No hagas locuras, Ferragut; no busques al enemigo, no lo provoques. Defiéndete nada más

Anda, defiéndete; a ver hasta dónde yegan tus reañosEsto fue lo que más sentí: la burla. La probesita de mi mujer me curó como pudo, y yo no descansaba, no podía viví acordándome de los golpes y la burla... Pa abreviá otra vez: un día aparesió uno de los siviles muerto en las eras, y yo, pa evitarme un disgusto, me fui ar monte... y hasta ahora.

¡Defiéndete, boche! gritaba poniéndose en guardia, como lo había visto hacer en su niñez á los peones de la estancia. Y con una cuchillada de abajo á arriba echaba al aire las majestáticas entrañas.

Morsamor desenvainó entonces la daga que llevaba en el cinto, y, exclamando, ¡defiéndete, miserable! , se arrojó sobre Cardoso, que desnudó también su puñal y le aguardó sereno. El ímpetu y la destreza de Morsamor eran incontrastables. Con el brazo izquierdo paró el golpe que Cardoso le asestaba, y con acierto pasmoso hundió su daga en el pecho del rebelde hasta la empuñadura.

me engañas, me engañas replicó la joven en actitud de Dolorosa . me quieres matar, y en vez de pegarme un tiro, me vienes con esta historia. Si lo tomas como golpe de muerte, tómalo manifestó Rubín con implacable frialdad. Pero no puede ser. Este hombre está loco y no sabe lo que se dice. Bueno, defiéndete con eso. Pero caerás, te convencerás. No tienes escape. La verdad se impone.

Y cuando él vio que el pobre caballero llegaba cerca, sin ponerse con él en razones, a todo correr de Rocinante le enristró con el lanzón bajo, llevando intención de pasarle de parte a parte; mas cuando a él llegaba, sin detener la furia de su carrera, le dijo: ¡Defiéndete, cautiva criatura, o entriégame de tu voluntad lo que con tanta razón se me debe!

He perdido la cuenta de los que han venido a cobrar piquillos de las tiendas, cantidades que no se han pagado ya por tu desarreglo... Porque la verdad, yo no dónde echas el dinero... Responde, mujer... defiéndete siquiera, que si a todo das la callada por respuesta, me parecerá que aún te digo poco».