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De esa fecha para atrás, el limbo... Con decir que hasta el yacht me impone condiciones para hacerse querer de ... ¿Se ha visto otra? Pues así es. O con ella a bordo, o que nones. Y en estos remilgos, seis días de holgueta el muy tunante... Pero por esto no paso, porque sería ya de lo inaudito... Hoy se me han hinchado las narices, y te voy a dar tres tazas, por lo mismo que no quieres caldo...»

Yo permanecía frío e imperturbable en mi asiento. Señora le dije, ¿qué diría el mundo, si oyera sus palabras? ¿El mundo? ¿qué me importa del mundo? No me impone ni lo temo. Yo he sido su víctima. Yo quiero vengarme de él. Pero necesito de usted. Al fin, ¿qué he sido yo hasta ahora como mujer?

Fundó la provincia dominicana del Santísimo Rosario de Filipinas y al Colegio de Santo Tomás base de la futura Universidad. ¡Y la verdad, lo mismo que Dios, que impone su invariable ruta, tendió al justificado despotismo de ser verdad, que es una y absoluta!

Bien quisiera no concretar el presente artículo al examen de La Regenta, extendiéndome a expresar lo que siento sobre la obra entera de Leopoldo Alas; pero esto sería trabajo superior a mis cortas facultades de crítico, y además rebasaría la medida que se me impone para esta limitada prefación.

Por sus espacios ó boquerones se precipita la enorme mole líquida, espumante, frenética, en chorros desiguales que se multiplican en numerosas cascadas, llenando el aire de nubes de chispas luminosas, retorciéndose en el vacío como legiones de boas diamantinos, azotando las rocas con desesperacion y hundiéndose en el vasto recipiente en remolinos sorprendentes cuyo estridor aturde, impone y hace enmudecer de admiracion.... Tal parece como si el noble y viejo Rin, tan glorioso y fecundo en la historia de Alemania, animado por la conciencia de un genio misterioso, sintiese al mismo tiempo la desesperacion de perder su unidad y su calma generosa en ese abismo de rocas que lo despedazan, y el remordimiento de interrumpir la comunicacion, sobre sus azules ondas, de pueblos hermanos por la lengua, la raza, las tradiciones y los intereses.

Sea lo que fuere, la verdad es que estos naturales carecen en parte de los beneficios espirituales que la Silla Apostólica les concede por las obligaciones que impone a los párrocos, y que la piedad de nuestro Soberano quiere se les cumplan, señalando y pagando ministros para ello, en quienes descarga su conciencia, y estos pueblos acuden con puntualidad con los alimentos a sus curas, sin faltarles en nada.

Mi señora tía ha tenido que reconocerlo ella misma, ella que casi me impone su hospitalidad, no obstante el odio que profesa a mi persona. Es demasiado buena ama de casa, para no saber que, sin , el hogar de su hijo se habría arruinado durante esos días de duelo, en que Roberto, absorbido por su inmenso dolor, permanecía inerte, indiferente a todo, aun al niño.

Oye, Blanca, será menester que vayamos á ver al Comendador, que vive sin duda en casa de su hermano exclamó D. Valentín. Cumpliremos con ese deber que la sociedad nos impone dijo Doña Blanca con reposo y dignidad serena ; pero , Clara, no debes volver á salir de paseo ni tratarte con ese hombre malvado é impío.

Don Santiago, más compasivo, le respondió, descubriendo en su voz y en sus miradas la honda pesadumbre que le afligía: Yo tampoco soy de los que creen que los vicios se heredan como las enfermedades, ni de los que tienen por justo que paguen los hijos inocentes las faltas cometidas por sus padres; pero se dan casos a menudo en que se teme lo peor, como si fuera lo probable, y la necesidad se impone con su fuerza de consideraciones y respetos humanos, y obliga a proceder ajustándose más a las leyes del mundo que a los mandatos del corazón.

Maximiliano habló a su futura de las invitaciones que había hecho, y ella le oía como quien oye llover; mas no reparó el joven en esta distracción por lo muy exaltado que estaba. Como era tan idealista, quería hacer el papel de novio con todas las reglas recomendadas por el uso, y aunque se vio solo en el comedor con su amada, tratábala con aquellos miramientos que impone el pudor más exquisito.