United States or Guadeloupe ? Vote for the TOP Country of the Week !


Sin embargo, su continente severo y administrativo como pocos y el torrente de voz grandioso con que la naturaleza le dotara suplían bastante bien la deficiencia de otros órganos. Además, Osuna era un ser más débil y más ruin que él. Por esto y por el tumulto que se armó en seguida, en vez de hacerle frente, se escurrió entre la muchedumbre y desapareció en un momento.

No hay una fuente de sensación más pura, más alta, que la contemplación de esas riquezas artísticas y científicas; penetra en el alma, es cierto, un hondo desconsuelo, cuando la deficiencia de la preparación intelectual hace que un mármol sea mudo para nosotros; pero, sin duda alguna, los horizontes de la inteligencia se ensanchan en cada visita a un mundo semejante.

Llegué á creer á puño cerrado que ese individuo no tenía ni alma, ni corazón, ni intelecto, ni nada, como ya he dicho, excepto instintos; y sin embargo, de tal manera estaba compaginado lo poco que en realidad había en él, que no producía una impresión penosa de deficiencia; antes al contrario, por lo que á hace, me daba por muy satisfecho con lo que en él había hallado.

Nuestros dioses eran los astros, los elementos, las fuerzas naturales personificadas; dioses ciegos, sin amor y sin inteligencia; sin libertad; esclavos del destino; inferiores a la naturaleza; muy inferiores a toda alma humana. ¿Qué mucho que con este ateismo por deficiencia, con este desconocimiento infantil del Ser supremo, y movido Sidarta de caridad sublime, imaginase su absurda aunque benévola doctrina?

La criada no entendió una palabra de su discurso, pero adivinó bien esta vez la sustancia, y se retiró. Don Roque se dejó caer, en efecto, sobre el lecho. Se cubrió con la ropa hasta la cintura, y reclinando la espalda contra las almohadas, tomó el vaso de ponche y lo acercó a los labios. Al instante echó de ver que existía deficiencia en una de las bases.

Por otra parte, no existiendo solfa ni partituras para tocar las castañuelas, la «Crotalogía» es imprescindible y viene a llenar esta evidente deficiencia de los compositores. Para tocar las castañuelas no hay más que traducir el propio capricho digital, la interna nerviosidad cuyo último escape está en la punta de los dedos.

Como nunca quiso ser menos que el médico, pidió la palabra el profesor de veterinaria Navarro. El orador tropezaba, balbuceaba, sudaba para emitir su pensamiento. Pero esta deficiencia de expresión, la suplía cumplidamente la novedad y el interés que el tema ofrecía. A la sazón estaban falleciendo de anginas, en Sarrió, bastantes de aquellos simpáticos animales.

Pero no lo atribuía él a deficiencia del método, sino a su falta de valor para seguirlo rigurosamente sin desmayos ni contemplaciones. En cuanto la niña le ponía los ojos dulces, le dirigía alguna palabra afectuosa, ¡adiós, plan estratégico!

Entonces se produjo en la familia de Rivera un movimiento de sorpresa dolorosa; pero nadie osó dirigir cargo alguno al causante de la desgracia; sólo por medio de rodeos y perífrasis, Valle declaró que el café pudiera estar más claro aún, lo cual no sabía si debiera achacarse a la calidad del mismo café, a la deficiencia del aparato o a alguna ligera imperfección en la manera de armarlo.

Suplía esta deficiencia pasajera apretando o aflojando los abrazos a su hija; y así se entendieron los dos tan guapamente. Por remate de la escena, que fue larga, logró decir con regular firmeza don Alejandro mientras enjugaba las lágrimas de Nieves con el pañuelo. ¡Ea, se acabó esto, canástoles!