United States or Sint Maarten ? Vote for the TOP Country of the Week !


Los que no atienden sino flojamente, pasean su entendimiento por distintos lugares á un mismo tiempo; aquí reciben una impresion, allí otra muy diferente, acumulan cien cosas inconexas que léjos de ayudarse mutuamente para la aclaracion y retencion, se confunden, se embrollan y se borran unas á otras.

Entre nosotros reynan hoy dos partidos igualmente preocupados. Unos gritan contra nuestra nacion en favor de las extrañas, ponderando que en estas florecen mucho las Artes, las Ciencias, la policía, la ilustracion del entendimiento: por donde van con ansia tras de los libros extrangeros, todo lo hallan bueno en ellos, los celebran como venidos del Cielo. Otros aborrecen todo lo que viene de afuera, y solo por ser extraño lo desechan. La preocupacion es igual en ambos, partidos; pero en el número, actividad, y potencia prevalece el primero al segundo. La verdad es, que en todas las Provincias del Mundo hay vulgo, en el qual se comprehenden tambien muchos entendimientos de escalera arriba (frase con que se explica el P. FEYJOÓ)[a], y todas las naciones cultivadas pueden mútuamente ayudarse unas á otras con sus luces con la consideracion que unas exceden en unas cosas y otras en otras, y cada una ha de tornar lo que le falta. Se puede demostrar con libros Españoles exîstentes, que muchísimas cosas con que hoy lucen las naciones extrangeras en las Artes y Ciencias, las han podido tomar de nosotros. Los excesos y poca solidez de la Filosofía de las Escuelas han sido conocidos y vituperados de los Españoles, antes que de otra nacion alguna, porque LUIS VIVES, PEDRO JUAN NU

Unas veces era un puñado de cobre, otras una peseta, que fregoteaba con su pañuelo antes de entregarla. Que no sepa nada el señor de Maltrana decía con voz misteriosa . Que el secreto quede entre usted y yo. Hay que ayudarse como buenos cristianos. Ese dinero me lo dieron esta mañana las buenas señoras que me protegen.

¡Qué quiés, hijo! dijo éste, como excusándose . Hay que ayudarse, y la escuela consume más que toos los parroquianos de la taberna. Viene mu buena gente: señoritos que quién aprender pa lucirse en las becerrás; extranjeros que se entusiasman en las corrías y les entra la chiflaúra de hacerse toreros a la vejez. Ahora tengo uno dando lición. Viene toas las tardes. Vas a ve.

Ni a nadie hagas cargos tampoco por lo de traductor, pues es forzoso que se eche muletas para ayudarse a andar quien nace sin pies, o los trae trabados desde el nacer.

Las he visto en las regiones etéreas. ¿No entiendes? En el paraíso del Teatro Real. , allá van alguna vez. Son dos chicas, Emilia y Leonor. Trabajan mucho, cosen a máquina; pero ganan tan poco... Me han cedido un cuartito con balcón a la calle. Antes no si lo ocupaba un señor sacerdote. Necesitan ayudarse las pobres. Son muy buenas. Mi padrino D. José es el tipo más célebre del mundo».

Y no le parezca a usted ponderación; la falta de inteligencia en todo lo que es ayudarse mutuamente, el no saber vender ni permutar unos bienes por otros, ni valerse unos de la habilidad de los otros, los reduciría al más miserable estado, se imposibilitaría la recaudación de los reales tributos, se minoraría y aun acabaría el culto de los templos, y aun se dispersarían los indios, ocasionando tal vez la total ruina de los pueblos.

Oyendo lo cual don Quijote, se le dobló la admiración y se le acrecentó el pasmo, viniéndosele al pensamiento que Sancho Panza debía de ser muerto, y que estaba allí penando su alma, y llevado desta imaginación dijo: -Conjúrote por todo aquello que puedo conjurarte como católico cristiano, que me digas quién eres; y si eres alma en pena, dime qué quieres que haga por ti; que, pues es mi profesión favorecer y acorrer a los necesitados deste mundo, también lo seré para acorrer y ayudar a los menesterosos del otro mundo, que no pueden ayudarse por propios.

Es preciso luchar contra la injusticia y contra el mal; pero fuera del amor no hay otra arma eficaz. Es necesario armarse, compadecerse y ayudarse. Yo quiero proclamar mi error en alta voz, quiero pedir perdón del daño que he infligido a tantos, a tantísimos...

Hágame el favor, compadre, de ponerme delante de usted, porque como no soy muy alto, podrá usted ver por encima de mi cabeza, y, ¡Dios me salve! estos espectáculos son desgraciadamente tan raros, que entre cristianos hay que ayudarse en la vía de salvación. EL HOMBRE DEL PUEBLO. Pase, pues, señor, y no me olvide en sus oraciones.