United States or Czechia ? Vote for the TOP Country of the Week !


Traen la leña y el agua, hacen la cocina, componen la casa, remiendan y limpian las tiendas, y cosen las pieles, haciendo de las menores sus mantillas ó carapas: hilan, y hacen ponchos ó macuñes: cuando caminan lian cada cosa, aun los palos de sus tiendas que estan obligadas á quitar y poner todas las veces que es necesario, cargando, descargando y acomodando el bagage, atando las cinchas á las sillas, y llevando las lanzas de sus maridos, que no pueden aliviarlas jamas, aun en el mayor aprieto, sin incurrir en grande ignominia.

Les dió dinero á esas mujeres continuó doña Rosalía porque ellas están muy pobres: no ganan nada. Como lo hacen tan mal ... No cosen más que al teniente cura de San Martín. Es preciso tomar una determinación, Paz; una determinación pronta dijo Salomé volviendo en . Porque si no, la honra de la casa está comprometida.

18 Y di: Así dijo el Señor DIOS: ¡Ay de aquellas que cosen almohadillas a todos codos de manos, y hacen veletes sobre la cabeza de toda edad para cazar las almas! ¿Habéis de cazar las almas de mi pueblo, para mantener así vuestra propia vida? 21 Romperé asimismo vuestros veletes, y libraré mi pueblo de vuestra mano, y no estarán más en vuestra mano para caza; y sabréis que yo [soy] el SE

Las he visto en las regiones etéreas. ¿No entiendes? En el paraíso del Teatro Real. , allá van alguna vez. Son dos chicas, Emilia y Leonor. Trabajan mucho, cosen a máquina; pero ganan tan poco... Me han cedido un cuartito con balcón a la calle. Antes no si lo ocupaba un señor sacerdote. Necesitan ayudarse las pobres. Son muy buenas. Mi padrino D. José es el tipo más célebre del mundo».

Se le hace girar sobre este vértice, a fin de que me quede siempre hacia fuera la epidermis, se le rebate hacia abajo y se cosen sus bordes a los de la herida. En otros términos, puedo haceros otra nariz bastante presentable a expensas de vuestra frente. El éxito de la operación es casi cierto; pero siempre conservaréis en la frente una extensa cicatriz.

Dáse el grito de alarma, é invaden tumultuosamente los salones del alcázar. Los esclavos del califa son los primeros en caer bajo la punta de los puñales. Se adelantan luego los agresores hasta el mismo Abd-el-rhaman; pelean con él unos instantes, le derriban al pavimento, le cosen á estocadas hasta oirle exhalar su último suspiro.

Cristeta e Inés quedaron juntas en el cuartito; la segunda decía: Con la Jesualda no estará usted mal; es formalota y no tiene mala vecindad; abajo, una viuda y su hija que cosen para el corte; en el segundo, una tal Mónica, que tiene huéspedes de medio pelo, ¡figúrese usted en aquel barrio qué huéspedes ha de haber!; arriba, un militar retirao que vive con una que dicen si es sobrina u lo otro; y en el sotabanco, la madre del niño y la sobrina, que ahora las llamaré.

Las velas no tienen rizos; se aumenta la superficie del papahigo con fajas nombradas bonetas que se cosen á la relinga inferior por medio de bazadas, pasándolas por los ollaos ú ojetes abiertos en una y otra lona y señalados de diez en diez con una letra para no dudar en la correspondencia, siendo estas letras tradiciones A. M. G. P. que quieren decir piadosamente Ave María Gratia Plena .

Las pobrecillas no cosen más que á sacristanes y curas de aldea¡ y cosen mal. Ellas quieren darse tono, y dicen que cosen á la catedral de Segovia; pero es mentira. No las crean ustedes. Y él, ¿entró por ese cuarto? : es un militar, alto, buen mozo. ¡Jesús, qué horror! Yo no puedo oír esto exclamó Salomé, estirándose, con muestras de un segundo ataque.

Y se acostó Bonifacio, discurriendo: «¡, es muy hermosa, pero lo mejor que tiene es la frente; no lo que dice a mi corazón aquella curva suave, aquella onda dulce!... Y la voz es una voz... maternal; canta con la coquetería que podría emplear una madre para dormir a su hijo en sus brazos: parece que nos arrulla a todos, que nos adormece... es... aunque parezca un disparate, una voz honrada, una voz de ama de su casa que canta muy bien: aquella pastosidad, como dice el relator, debe de ser la que a me parece timbre de bondad; así debieran cantar las mujeres hacendosas mientras cosen la ropa o cuidan a un convaleciente... ¡qué yo!, aquella voz me recuerda la de mi madre... que no cantaba nunca. ¡Qué disparates!