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La marquesa, desencantada por aquel dato realista, no quiso salir de su poética creencia; arguyó que tal vez los manzanillos de la India fuesen distintos de los del Brasil. Hablóse de las producciones de Méjico. ¿Es verdad que usted posee ochocientas mil vacas, Ballesteros? preguntó Clementina. ¡Oh, señora; eso es una exagerasión! A lo sumo que llegará mi rebaño es a tresientas mil.

EL MORENO 1106 verernos si a otra pregunta da una respuesta cumplida: ei ser que ha criado la vida lo ha de tener en su archivo, mas yo inoro que motivo tuvo al formar la medida. MARTÍN FIERRO 1107 escuchá con atención lo que en mi inorancia arguyo: la medida la inventó el hombre para bien suyo;

Señor marqués, ¡yo me pasmo! arguyó el capellán eficazmente . ¡Que usted se apure por una cosa tan fácil de arreglar! ¿Tiene más que poner a semejante mujer en la calle? Como ambos interlocutores se habían acostumbrado a la oscuridad, no sólo vio Julián que el marqués meneaba la cabeza, sino que torcía el gesto.

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¡Y no ve usted que dijo la verdad! arguyó Vérod. ¡Si esa mujer hubiera sabido que Zakunine era inocente, se habría reído al oírle a usted! ¡No lo habría creído! ¡Habría descubierto el ardid! ¿Cómo podría creer que su amigo había confesado una culpa jamás cometida por él?